XXII

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XXII: Der Prinz.

El entierro ha finalizado siendo las tres de la tarde.

Esto está más que repleto de personas.

La noticia de la reciente muerte es tendencia en todo el país. Duques, príncipes, princesas, reyes, marqueses, varones, condes y de más de absolutamente todas partes han llegado. De distintas partes del mundo.

Ahora todos se encuentran compartiendo y conversando sobre el estado del antiguo rey antes de morir. Al parecer éste mismo si tenía demasiados conocidos a demás de la familia.

Supongo que está bien, pero me siento como la persona más antisocial del mundo. Decido salir al balcón por un poco de aire ya que Bárbara ha ido junto a la reina a saludar a un conde supuestamente muy apuesto.

Niall, Louis y Harry conversan con un algunos tíos del Rey.

Así que estoy sola.

—Definitivamente visitar el palacio de Buckingham es toda una travesía. Encuentras reliquias preciosas por doquier. —me sobresalto al escuchar una voz masculina junto a mi. —Disculpe si la asusté.

—Descuida, soy muy asustadiza.

—Lo he notado. —El sonríe de lado haciéndose notar un oyuelo en su mejilla derecha. —¿Cuál es tu nombre linda?

Ay no.

—Eris, Eris Shallow; duquesa de Cambridge. —levanta ambas cejas en forma de expresión de sorpresa.

—Duquesa... —asiento —Soy Eduardo, príncipe de España. —Toma mi mano y besa la parte mis nudillos con cortesía —es un placer...

⚔️⚜️⚔️

Niall

¿Que mierda estaba haciendo Eduardo con Eris?

Sonriéndole y observándola atento.

¿De qué putas se están riendo tanto?

—Niall está celoso. —escucho la voz de Harry entonces lo fulmino con la mirada.

—¿Quieres que te diga la verdad?, Quiero arrancarle los testículos ahora mismo. —murmuro sin dejar de mirarlos.

—¿¡Acaba de...!?

—¡Acaba de poner la mano sobre la de Eris! Lo hizo. —termino la oración por Louis.


No pensaba esperar algo más, conozco a la perfección como es Eduardo.

—¡Niall! Primo, ¿Cómo estás? —el mismo me recibe de manera egocéntrica.

—Bien, supongo. ¿Cómo te va? —intento ser lo más cordial posible.

—Muy bien, aunque lamento mucho tu perdida. De verdad hermano. —pone una de sus manos sobre mi hombro.

—Gracias. Necesito hablar con Eris. —ella me mira frunciendo el ceño.

—Sí, claro. Fué un gusto conocerte muñeca. —¡No! ¿Acaso se atrevió a guiñarle un ojo? ¿¡Justo en frente de mi!?

 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊  #𝟏  [COMPLETA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora