XXXII

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XXXII: Charme.

Comienza a desvestirme de la cintura para arriba, deja mi blusa a un lado y continúa besando mis labios. Sus manos se aferran a mi pequeña cintura mientras las mías desabotonan con rapidez su camisa blanca hasta dejar su torso al descubierto. Termino por retirársela haciendo que ésta caiga al suelo. Él busca los pequeños broches de mi sostén y con tan sólo una mano logra quitármelo. Éste corre la misma suerte que las demás prendas, es ahí cuando recuesta nuestros cuerpos sobre la cama siendo yo quien queda debajo del suyo. Enredo mis piernas al rededor de su cadera tomando entre mis manos su cuello obteniendo más atención por su parte. El rey acaricia la piel de mi abdomen, subiendo hasta mis pechos para así acariciarlos con ambas manos. Se aparta de mis labios descendiendo por mi mentón, mi cuello, mi clavícula, mis pechos, mi abdomen y con las mismas manos toma los extremos de mis shorts de satín bajándolos y llevándose en el proceso mis bragas.

Y continúa su recorrido.

—Niall, ¿Qué estás haciendo?  —pregunto mientras abre mis piernas y me tenso.

Levanta su mirada hacía mi. —¿Confías en mí?

Confiaba plenamente en él.

Entonces asiento, —Sí.

El Rey sonríe sobre mi piel y mientras espero lo que sea que vaya a hacer, miro nerviosa al techo. En el momento en que su lengua hace contacto con el lugar entre mis piernas, arqueo la espalda soltando un fuerte gemido. —¡Oh Dios!

Nada se había sentido como eso.

Y no necesitaba recalcar que mi entrepierna ya estaba completamente húmeda. El Rey continúa moviendo su lengua de arriba a abajo, después en círculos y yo siento que no puedo más. El placer que estoy sintiendo es abrumador, así que me aferró a las sábanas sabiendo que mi autocontrol se ha ido a la mierda. Con mi muñeca trato de callar mis ruidosos gemidos pero Niall estira una de sus manos tomando la mía y destapándome la boca.

—Quiero oírte gemir... —lo dice en un tono tan jodidamente caliente. Hace que logré retorcerme con las nuevas sensaciones.

Él se estaba llevando todas mis primeras experiencias y eso me gustaba. Me sentía tan bien y al principio nunca imaginé que en unos meses estaría aquí, recostada sobre su cama mientras éste me dá sexo oral.

Yo no me lo creería.

Esque... ¿Dónde demonios aprendió a hacer eso?

El placer en mi punto más dulce incrementaba mucho más en cada segundo que pasaba. Sentía que iba a explotar en cualquier momento. —Así, gime para mi, hermosa...

El orgasmo que me arraza no tenía precedentes. Mi abdomen se sintió caliente y los espasmos en mi cuerpo se hacían presentes. Pasa una vez más su lengua por mi añorado lugar antes de regresar a mis labios. Nisiquiera me importó, simplemente me dediqué a quitarle el pantalón con su ayuda. Hasta dejarlo completamente desnudo ante mi.

Joder, era perfecto.

Sus ojos azules lograban traspasar los míos, llenos de lujuria y con las pupilas dilatadas, Niall se recuesta nuevamente sobre mi cuerpo haciéndome estremecer al sentir lo dura que estaba aquella erección.

Necesitaba sentirlo dentro de mi.

Pareció entender lo que quería pues de inmediato lo toma con una de sus manos posicionándolo en mi entrada. Por momentos tan sólo hacemos contacto visual jadeantes sobre nuestros labios. Acaricio con suavidad su mejilla y pienso; Hay muchas historias de amor escritas en los libros pero la nuestra es la mejor por qué cada vez que nos sentimos el uno al otro, es como una palabra que se va escribiendo sola en nuestra piel.

 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊  #𝟏  [COMPLETA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora