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V: No me provoques.

Baile de invierno, clásica celebración a la llegada de una nueva estación del año. He decidido hacer conciencia de todo lo ocurrido anoche. El príncipe no volvió a salir de su despacho en todo el día, nisiquiera para almorzar. Creo que asi era mejor, tampoco es como que me gustaría verle la cara.

Recién llegué hace un día y éste ya me odiaba, mientras yo deseaba largarme del castillo y regresar a la casona real en Cambridge. La puerta de mi habitación se abre después de estar sumida en mis propios pensamientos y me tenso al ver la silueta de aquel individuo en el cual había estado merodeando mi mente toda la noche. Porta un traje bastante elegante color negro. Su camisa y corbata también lo son, usa un reloj de plata en la muñeca izquierda así como algunos anillos de oro y hasta donde yo me encuentro puedo persibir un exquisito aroma a perfume masculino que invade los espacios de mi habitación.

Caigo en cuenta de la realidad y es que me encontraba en un simpleme camisón observando mi vestimenta de la noche.

—¿Qué pasa diosa de la discordia? ¿Creíste que olvidaría tu incidente de ayer? ¿Qué lo dejaría pasar? —nisiquiera hice una reverencia, estoy completamente quieta. El heredero analiza mi cuerpo de arriba a abajo sin disimulo hasta que sus ojos se detienen en mis pechos.

Mierda.

Me cubro con una almohada pues no tenía un sujetador puesto y éste es un camisón de seda blanca.

Muy delgado.

Mis pezones se marcaban a la perfección.

Un imbécil podría notarlos desde muy lejos.

Ríe amargamente antes de cerrar la puerta con seguro, poner sus manos dentro de sus bolsillos. Trago duro cuando él se encuentra frente a mi, no soy capaz de mirarle a los ojos por lo que me concentro en el pañuelo color rojo que tiene en el saco.

—¿Desea algo... alteza? —carraspeo haciéndome hacía atrás hasta que mi espalda choca contra la pared y el príncipe apoya una de sus manos en ésta.

—Tomé una desición. No me voy a arriesgar contigo Eris. Así que te vas a quedar en el castillo por más tiempo. —debe ser una jodida broma.

—¿¡Qué!?

—Hablé con tus padres y ellos están totalmente de acuerdo...con una cantidad considerable en sus cuentas bancarias. —susurra sobre mi oído haciendo que mi piel re erice por completo. —A partir de ahora, harás todo lo que yo te diga, como yo lo diga y cuando se me dé la gana. Sabes demasiado y no me gustaría tener que robarte un poco...o más bien, mucha sangre para que no se te ocurra hablar...cariño.

Palidecí.

—Nadie me posee, no soy un objeto y puede que tu vayas a ser mi futuro rey pero eso no te dá ningún derecho sobre mi. —hablo observando fijamente sus orbes azules.

Odio, eso es lo que siento.

—Por supuesto que lo tengo, desde que decidiste que había sido buena idea escuchar una conversación que no te incumbía. —su respiración choca contra mi rostro y la mía se entrecorta.

—Ese no es el punto, no hablaré pero tampoco deseo quedarme aquí.

—¿Tan mal te hemos tratado? —dice con burla.

—¿Cuánto tiempo...? —murmuro.

—No lo sé, hasta que yo quiera —dos de sus dedos viajan hasta mi pecho izquierdo jugando y apretando mi pezón logrando que mi femineidad palpite y se humedezca ante su tacto. —tu plazo podría extenderse hasta un año... depende.

—No seré tu concubina...

—No lo serás, nunca dije que lo fueras a ser. Serás más que eso y cuidado con la rebeldía...no estoy acostumbrado a tolerar la desobediencia así que no me provoques.

Aparta su cuerpo del mío dejándome estática en mi lugar. Camina hasta la puerta y retira el seguro, la abre pero antes de salir se detiene. —Dimitri estará a tu disposición para lo que se te ofrezca desde mañana, vístete pronto. El baile comienza en media hora. —y sale sin nada más que decir.

Pero ¿Qué acaba de pasar?

Joder.

⚔️⚜️⚔️

Aplico perfume en las zonas que alguna vez mi madre me había mostrado. Según ella, atraía las billeteras de muchos diques y varones.

Ruedo los ojos al recordar sus palabras.

Listo.

Me gusta lo que veo, estoy satisfecha.

Decidí usar un vestido negro con mangas largas y una abertura en la pierna izquierda. Un escote bastante elegante con un cuello del mismo vestido. Zapatillas negras punta fina y un anillo con un pequeño diamante de esmeralda en el centro. Mi maquillaje era un ahumado en los párpados color negro y mi peinado una coleta de caballo alta perfectamente en su lugar.

—¡Mira tus piernas, te ves preciosa! —Thais me observa sentada a los pies de mi cama.

—¿En serio? —alizo mi vestido una vez más.

—¡Pero claro que sí! Harás que los corazones de todos los hombres se les escapen del pecho con ese trasero! —ambas reímos ante su comentario. —bueno ya, hueles a Chanel muy rico y todo pero los invitados ya están llegando.

—Tienes razón, entonces vamos. —asiente mientras se levanta y coloca en edén su cabello una vez más.

⚔️⚜️⚔️

—¿Qué hace aquí el bastardo? —dice Harry con cierta repugnancia. No lo culpo.

—Ya sabes lo que dicen, tienes que tener a los enemigos aún más cerca. —asiente.

—¿Qué planeas? ¿El veneno está funcionando?

—Eso desearía, tuve que aumentar la dósis. No me estaba dando resultados y necesito a mi padre bajo tierra lo más pronto posible.

—Que hijo de puta eres Niall, salud por eso. —los dos reímos al mismo tiempo antes de beber el contenido de nuestras copas. Louis llega a nuestro lado junto a Bárbara pero ántes de que pueda decir algo, su mirada se centra al frente.

—Sexy... —murmura lo suficientemente embelesado como para no prestar atención a nada más que su objetivo.

—Mi niña ésta aquí. —habla Harry observando a la misma dirección que Louis pero a diferencia de él, Harry se dirige hasta allá. Decido voltear igual que bárbara y siendo totalmente sincero, tampoco podría dejar de mirarla.

Tantos pensamientos pasaron por mi cabeza en esos momentos en los que Eris aparecía con aquel vestido negro que acentuaba perfectamente sus curvas.

Hasta que Vincent la tomó por la muñeca alejándola del lugar.

Sin duda alguna, Eris sería mi objetivo principal de ahora en adelante.

Fué ahí donde el futuro rey supo que ella sería más que una simple distracción.


 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊  #𝟏  [COMPLETA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora