Corazón de fuego / Bellamy Blake - Libro 2 (temporada 2,3 y 4)

Capítulo 6- Celos

Aún no podía acostumbrarme el no poder sentir fatiga ni calor por tener el sol encima mío, pero ahora tenía sentido con lo que había descubierto del porqué de esta nueva falta de sensación. Hasta podía decirse que extrañaba acalorarme y desear buscar sombra o agua para refrescarse. Pero a pesar de eso me sentía cálida como si mi temperatura aumentará y fuera normal para mi cuerpo.

–¿No tienes miedo?– me preguntó Jared posicionándose a mi lado.

Por un momento pensé que se refería con lo del espíritu de fuego que me contó papá. Pero rápidamente recordé que él no sabía nada de eso.

Su pregunta me hizo reaccionar en darme cuenta de todo el tiempo que habíamos caminado para llegar al campamento que nos había comentado Murphy. Habíamos partido al anochecer y ahora el sol había reclamado el cielo.

–¿Por qué lo tendría?– le respondí.

Él se encogió de hombros.

–Todos parecen demasiado alterados con las armas en la mano. Podría decirse que cualquier ruido hará que disparen.

Enfoqué mi vista a los demás quienes estaban delante nuestro. Monroe y Sterling miraban a todos lados mientras la chica no paraba de apuntar en todas las direcciones que sus ojos presenciaban. Aunque Bellamy y Finn iban más tranquilos dejando ser guiados por Murphy, no dejaban de estar alerta.

–Excepto tú– siguió hablando– Tienes aquellas dos pistolas guardadas en tu cinturón. Confiada en que no se aproximará ningún enemigo.

–¿Me debo sentir halagada o asustada al ser observada?

El chico soltó una pequeña risa.

–Te dije que descubriría lo que ocultas. Es mejor que te vayas acostumbrando.

Ambos no dijimos nada por unos segundos hasta que decidí saciar su curiosidad.

–No necesito tenerlas en la mano– respondí sin apartar mi vista del frente–  Aprendí a sacarlas y apuntar con rapidez al escuchar cualquier peligro hace unos años. Ahí tienes mi secreto.

–Sabes que no me refería a eso– soltó el chico– Pero logré que me digas algo de ti– el se calló por un momento pero para mi mala suerte volvió a hablar– ¿Cómo lograste hacerlo? Se supone que los únicos con acceso a armas son los rangos superiores, guardias y cadetes.

–¿Si te respondo me dejarás tranquila?

–Lo podría considerar.

Solté un bufido de frustración pero al mismo tiempo me sentía curiosa en conocer aquel chico.

–Mi padre logró que me enseñaran como si fuera una recluta a pesar de mi corta edad. ¿Contento?

–Estuve como recluta y luego me prestaba para enseñar en algunas clases ¿Como nunca pude verte? Habría invitado a salir a una chica tan guapa como tú.

–Estoy segura que no te hubieras acercado. Podría haberte parecido demasiado pequeña para tus gustos.

–Ey, no soy tan viejo como crees.

Levanté una ceja divertida. ¿A caso este chico estaba intentando coquetear conmigo? Había notado sus expresiones cuando nos conocimos pero había entendido que así se comportaba. Solo que ahora sus palabras estaban siendo más directas.

–Escucha Jared...– iba aclararle algunas cosas para no haber malentendidos pero el agarre de una mano a la mía de manera delicada me detuvo.

–¿Como te sientes, mi amor?– me preguntó Bellamy haciéndole énfasis al apodo cariñoso que me había dado.