Corazón de fuego / Bellamy Blake - Libro 2 (temporada 2,3 y 4)

Capítulo 18- Resurrección

En un abrir y cerrar de ojos todo se vuelve caos dejando una herida imposible de sanar.

Seguía avanzando y en algunas partes me detenía a ayudar, absorbiendo el fuego para que lograran escapar de lo escombros. Ellos no me cuestionaban nada y simplemente aprovechaban la oportunidad que ofrecía para salvarse.

Aún no encontraba a mi padre o a Octavia, ni mucho menos a Clarke. Por cada minuto que pasaba me seguía preguntando si aún estaban con vida. Deje de pensar en esa idea y enfocarme en buscarlos.

Volví a salir y sentí como un impacto rozó mi brazo, no dejé de correr mientras con mi mano presionaba la herida. Logré refugiarme escondiéndome en pedazos de piedra apilados.

Alejé mi mano manchada con un poco de sangre, la bala había rozado lo suficiente para herirme.
Cada paso que daba era ser expuesta al tirador y eso me comenzó a fastidiar.

Quería seguir buscando a los demás pero una parte de mi me decía que primero exterminara al tirador y vengará las muertes que estaba arrebatando.

Primero debía salir de la masacre, usaría el bosque para encontrarlo lo más pronto posible y ardería pagando por las vidas que había arrebatado esta noche. Tenía que lograrlo.

Me aventuré en salir y vi como un terrestre hizo lo mismo pero no logró avanzar ni un poco. Su caída me dio tiempo de retroceder y esconderme. Debía haber una manera para evitar ser vista.

Una idea llegó de pronto a mi cabeza.

–Espero que funcione.

Formé una bola de fuego en mi mano y la lancé a escasos centímetros de donde estaba. Cerré los ojos deseando que esa flama aumentar, debía lograrlo...

–Lo hice– dije orgullosa al abrir los ojos y verla aumentar.

Aquí vamos. Corrí lo más rápido que mis piernas me permitieron. Cada paso que daba, sin siquiera ordenarlo, las flamas aumentaban cubriéndome.

Llegué al final dejando de sentir el calor abrumador y desesperante para sustituirlo por el aire fresco del bosque.

No me permití voltear a ver la destrucción de Tondc. Seguí mi camino donde asumía que se escondía el tirador.

Pronto amanecería y sería más fácil encontrarlo pero no esperaría.

Mientras corría percibí dos siluetas no muy lejos. Me escondí entre los arbustos. No podía ser la persona quien buscaba, era imposible que disparará desde esta dirección.

–¿Elizabeth?– dijo Clarke saliendo de su escondite al igual que yo.

–¿Clarke?– pregunté y la luz que brindaba la luna me aseguró que era ella al igual que la segunda silueta– Comandante.

–Me alegra que estes viva– soltó Clarke con voz quebrada acercándose a mi dispuesta a abrazarme pero retrocedí.

–Ustedes... ¿Qué hacen aquí?

Ella no respondió. Al ver su apariencia parecía como...

–Estaban escapando– solté sin poder creerlo– ¿Sabías de esto?

Sus ojos comenzaron a apagarse.

–Elly...

Ella se intentó acercar pero volví a retroceder.

–No... No puedo creerlo. Creí que nunca nos traicionaríamos de esta manera. Yo nunca te hubiera abandonado– ella se sorprendió de lo fría y decepcionada que fue mi voz. Jamás le había hablado de esa manera.