Capítulo 17- Rubicon

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–¿Espíritu de qué?

–Puedes dejar de fingir– me dijo– Te vi perfectamente.

–No se de que habla. Debería descansar, comandante.

Ella comenzó a caminar mirando los mapas que había sobre la mesa. Una mano estaba en el mango de su espada envainada mientras que la otra tomaba un mapa.

–No estoy equivocada y tu lo sabes– dejó el pedazo de papel y volteó a verme– Ahora puedes ahorrarme el tiempo de escuchar tus excusas y dejarme hablar.

No dije nada. Lo mejor que podría hacer era irme pero una parte de mi quería escuchar lo que diría Lexa.

–Bien– accedí.

–Elizabeth Kane, eres más importante de lo que aparentas.

–¿Cómo sabes mi nombre?

–Soy la comandante. Conozco a mi gente y a mis aliados. Ahora tú dime ¿en verdad sabes quien eres?

–Por supuesto.

–¿Por qué presiento que dudas de tu respuesta?

–No lo hago. Ahora si me permite, debo irme.

Ella aún me miraba como si me estuviera estudiando, se acercó y no me moví en lo absoluto. En segundos me tomó de la muñeca inmovilizándome y llevarla al fuego. No pasó nada conmigo y eso era justo lo que esperaba ella.

Me soltó cuando comprobó lo que había visto. Ya no tenía manera de escapar.

–Sígueme– ordenó.

Ir con la comandante o escapar y ser posiblemente castigada el resto de mi vida por mi padre en los entrenamientos.

Prefería a la terrestre.

Salimos de la tienda, iba detrás de ella y muchos se les escapaba su mirada pero rápidamente volvían a su trabajo.

Lexa siguió caminando dejando atrás las tiendas y guerreros hasta solo ver árboles.

–No puedo permitir que nadie escuche nuestra conversación– me dijo.

–Agradezco su discreción.

Ella me ignoró y caminamos un minuto más. Luego miró los alrededores para asegurase que nadie nos siguió.

–¿Sabes pelear con espada?

–Nunca lo he hecho– mentí para evitarme decirle que lo hice una vez al matar a su gente.

–Bien. La mejor forma de aprender es practicando– me dijo ofreciéndome una de sus espada. La tomé dudosa sin saber qué es lo que pretendía.

Ella también tenía una, se preparó separando levemente sus piernas y posicionar su arma señalándome con la punta lista para atacar. Ella espero y copié su posición como si era eso lo que quería.

–Tu poder es demasiado antiguo– me dijo lanzándose sobre mi dando el primer golpe, mis reflejos se activaron bloqueando los golpes con la espada.

–Nada mal.

–Gracias, supongo. ¿A que te refieres con antiguo?

Ella comenzó a caminar rodeándome.

–La comandante de fuego es una de las leyendas que antes se contaban hasta que no se les tomó importancia y se perdió con el tiempo– volvió a arremeter e instantáneamente volví a bloquear su ataque retrocediendo por cada golpe hasta que la espadas chocaron. Coloqué ambas manos en el mango manteniendo la fuerza para no ceder.

Corazón de fuego / Bellamy Blake - Libro 2 (temporada 2,3 y 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora