Corazón de fuego / Bellamy Blake - Libro 2 (temporada 2,3 y 4)

Capítulo 1- Fireheda

Era inútil seguir practicando...

Cerré el libro al igual que mis ojos, volviéndome a concentrar pero nada... Por más que intentaba hacer una de las habilidades de una página, no lo lograba.

Las páginas eran en verdad un reto, la mayoría estaba escrita en el idioma que conocía pero otras estaban en códigos, códigos que aún no descubría ya que cada uno era diferente a otro.

Esperé sentir aquella chispa o alguna otra. No había nada.

–¿Todo bien?– preguntó papá en voz baja.

–No lo creo– le respondí con el mismo tono.

Abby también estaba con nosotros, ella y papá insistieron en querer ayudarme. Él se mantuvo más enfocado en lo que respecta al Arca mientras Abby intento ayudarme a descifrar una página pero en el proceso logró dormirse. Al menos este libro había sido útil en darle un descanso.

Desde que se fue Clarke, ella no dejaba de pensar si estaba bien, donde se encontraba y admitía que yo también aunque Abby, obviamente fue la más afectada.

—Se supone que puedo teletransportarme, o eso es lo que dice el título. Suena loco pero con sentir alguna llama en donde sé que habrá una, podré ir a ese fuego pero no siento nada y las fogatas abundan afuera.

—Será mejor que tomes un descanso.

—Si... creo que si.

—Elly—lo volteé a ver—Lo lograrás.

Sonreí como respuesta pero se desvaneció tan rápido como la formé. No estaba segura en eso pero debía seguir intentándolo. Me recargué en la silla despejando mi mente y jugando con el anillo de Bellamy.

El anillo que nunca me había quitado desde que me lo dió. Cuando lo veía me hacía recordar inmediatamente en él y con eso aseguraba que me relajaba.

Nuestra relación no podría estar en mejor estado. Desde aquella vez en donde nos unimos con el espíritu de fuego, no habíamos tenido tiempo para nosotros debido a todas las nuevas responsabilidades de Arca y mis deberes con controlar mejor mis poderes. Cada mañana me reunía con mi papá y el me ayudaba en mejorar mientras Bell había empezado como guardia.

Bueno, había excepciones... las noches eran un gran momento en donde estábamos solos.

Aún tenía el cosquilleo al pensar en la mañana cuando despertamos. Bellamy me sacó de mis sueños con besos en mi espalda y solamente me resistí para hacer que no parará.

Sonreí ante sus caricias suaves y el calor subió. Era un alivio haber controlado esta emoción y no ligarla a ninguna vela o llama para aumentarla inconscientemente. Di una vuelta y el me miró devolviéndome la sonrisa y acercarse besándome, reclamando el tiempo perdido. Lamentablemente nos tuvimos que separar ya que Bellamy había acordado ir con Lincoln para apoyarlo a enseñarle combate a los reclutas.

Y hablando del Rey de Roma...

Mi padre le hizo una señal a Bell para que no hiciera ruido.

—Primera vez que duerme en dos días— susurró papá.

—Será rápido. Iremos al sector siete. Creo qué hay que armar la unidad.

—Yo también voy— dije guardando el libro con lo demás.

—¿Segura?—preguntó papá.

—Necesito relajarme y una misión sería lo indicado.

—Bien. Permiso concedido. Pero las reglas de ataque aún aplican, no respuesta letal.