Corazón de fuego / Bellamy Blake - Libro 2 (temporada 2,3 y 4)

Capítulo 9 - Un pequeño respiro junto a ti

Ver los cuerpos muertos envueltos en mantas solamente provocaban más odio de mis decisiones. Podía haber protegido los barriles y posiblemente evitar estas pérdidas o las futuras porque este solo era el inicio y todos lo sabíamos.

Jaha daba unas palabras con la antorcha en mano para quemarlos y desaparecerlos quedando solamente en nuestros recuerdos y aunque para unos sería una sensación de nostalgia, para mi sería de perturbación y culpa.

No podía parar de recordar como la lluvia negra en parte me afectó de diferente manera. Sentí el ardor en la piel por poco tiempo y fingí que me enjuagaba para que papá y Bellamy no hicieran preguntas. Suspiré en pensar en Bell. Aún seguía afectado por la muerte de Mark y Peter y aunque yo también lo estaba, me estaba acostumbrando a ver muerte a mi alrededor.

Observe como Bellamy se alejaba del campamento junto con Jasper. Ambos debían tener un tiempo para despejarse.

—Tenemos que hablar— me dijo papá acercándose a mi.

No sabía el porqué pero asentí con la cabeza mientras lo seguía hacia su oficina.

—¿Que querías decirme?— le pregunté mientas el se sentaba en su silla.

—¿Qué es lo que te sucede?— preguntó sin rodeos.

—No entiendo a qué te refieres.

—Desde que regresaste del viaje con Clarke y el rey te has comportado diferente como cuando tenías algo en mente.

—¿Tan obvia soy?

Era inútil seguirle escondiendo lo que descubrí.

—No, no lo eres. Pero soy tu padre y conozco perfectamente a mi hija.

Tomé una bocanada de aire preparando para hablar.

—Los barriles fueron mi culpa, pude protegerlos y no lo hice además que ese mismo día Roan me confesó una cosa.

—Continúa— dijo curioso recargando sus codos sobre su escritorio.

—El título de Fireheda es más valioso de lo que pensaba. Papá, él me dijo que mi poder ante todos podía compararse a la de una Heda. Es absurdo pero no creo que me haya mentido.

Papá parecía sorprendido ante mis palabras y no dijo nada ya que se quedó pensando unos instantes.

—Si es verdad podrías acabar con los conflictos entre los clanes.

—Si es que me aceptan y aceptó usar mi poder pero no lo haré.

—¿De qué hablas?

—A que no me interesa liderar a nadie. No quiero más culpas en mi vida ni tampoco más duelos e intentos de asesinatos en mi contra que enfrentar.  Si te lo conté es porque preguntaste y eres mi padre.

El me miró decepcionado pero si que tenía otra razón: temía que al ser comandante había la posibilidad de seguirme manchando las manos de sangre y también que me gustara la sensación y el poder. No podía permitirme que eso pasará.

—Tienes el poder de acabar la guerra, Elizabeth. Tú puedes hacerlo.

—No lo haré, es mi decisión final.

Papá iba a volver a hablar pero la puerta se abrió y ambos voltéenos a ver entrar a Jaha.

—¿Interrumpo algo?

Mi padre y yo intercambiamos miradas mientras me cruzaba de hombros. El parecía que tenía mucho que decir pero yo ya había acabado.

—No, los dejaré para que hablen de lo suyo.