Corazón de fuego / Bellamy Blake - Libro 2 (temporada 2,3 y 4)

Capítulo 10 - No resucitar

Fui despertando con una pequeña migraña que comenzó a calmarse tan pronto abrí mis ojos. Lo que había pasado anoche seguía borroso y preferí levantarme que estar pensando lo qué pasó hasta que sentí como un brazo me impedía salir al igual que me revisaba y estaba completamente desnuda. Me volteé encontrándome con Bellamy, durmiendo y yo me preguntaba como habíamos llegado a nuestra habitación. Hasta donde yo sabía no tenía la capacidad de teletransportarme, sería genial pero no la tenía.

En seguida los recuerdos golpearon mi mente. Habíamos bebido demasiado hasta encontrar un lugar completamente vacío donde... mis mejillas se sonrojaron mientras recordaba sus besos recorrer todo mi cuerpo, sus susurros a mi oído mientras me tenía levantada y recargada a una pared tomándome como yo a él. Cuando terminamos ahí aún no estábamos satisfechos tal vez por el alcohol o porque en verdad deseábamos más, así que nos escapamos y llegamos de alguna forma a nuestra habitación donde seguimos entre risas hasta caer completamente agotados.

No estaba segura cuánto habíamos dormido pero si era poco por lo cansada y adolorida que me sentía.

Bellamy abrió sus ojos demasiado lento y al verme solamente sonrió y se acurrucó en mi pecho dejándonos abrazados y muy pegados en la cama.

—Bellamy— susurré pero el pareció gruñir ya que sabíamos que debimos levantarnos.

—Quedémonos solo un rato más— soltó con su voz ronca de recién levantado al mismo tiempo que se enderezaba a mi cuello dejando pequeños besos. Lo Incline para darle más espacio, él lo aprovecho bajando lentamente una mano recorriendo mi abdomen hasta mis muslos.

Lo abracé intentando no caer a su tentación pero me estaba siendo imposible por cada caricia que daba.

—Bellamy— jadeé.

Volvió a suspirar y se separó pensando en que había cedido pero negué con mi cabeza y una sonrisa pero el frunció el ceño y se encimó en mi tomándome de mis muñecas y dejándolas sobre mi cabeza.

—Lleguemos tarde— pidió volviendo a besar mi cuello para luego seguir con mis labios donde no me dejó escapar y tampoco a mi lengua.

Como no contesté se separó con ese rostro suplicante que me impedía negarme porque yo también lo deseaba, fue bajando y depositando sus labios en cada lugar de mi cuerpo comenzó por mi clavícula siguiendo hasta llegar nuevamente a mis muslos tomándolos y besándolos sin dejar de mirarme con deseo mientras mi respiración se aceleraba cada vez más al igual que la suya que apenas y podíamos articular palabras.

—Está bien— admití en un susurro el cual Bellamy escuchó claramente y aunque no se alejó de mis piernas pareció sonreír.

(...)

Llegamos corriendo al discurso de Jaha acerca del refugio que habían encontrado. Ambos tratamos de aparentar nuestro retraso pero al parecer Monty y Harper lo notaron. A pesar que mi rostro estaba neutro mis mejillas no dejaban de estar coloradas y me era imposible controlar mi temperatura, volteé a ver a Bellamy demasiado normal pero con una sonrisa en el rostro. Lo habíamos hecho lo suficiente para sentirme agotada pero aún así no me molestaría que volviera a pasar y a juzgar por su rostro sentía lo mismo.

Después de que Jaha siguiera hablando acerca de los detalles del Búnker terminó dando una frase que alentó a todos. Bueno al menos no nos habíamos perdido todo.

—¿Era más divertido otro lado que el discurso?— preguntó Harper con total inocencia fingida hacía nosotros— Ya no son tan ruidosos como lo eran en el campamento. Compadecía a las personas que tenían sus tiendas cercas.

Bellamy soltó una carcajada ya que sabía que se referían a mi, me cruce de brazos y con una mirada Harper notó que me vengaría.

—Bien, iré a empacar— le avisó a Monty pero en verdad era para huir de mi.