I

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Tomé mis maletas y caminé hasta la puerta de un edificio, en el que había rentado un departamento, en el que viviría unos meses. No era el más lujoso y la verdad no era para nada lindo... Eh... También estaba en las zonas más peligrosas de Londres, pero era para lo que me alcanzaba.

Mi padre me echo de la casa molesto por que según él "no era suficientemente responsable y era un berrinchudo". Me dio un poco de dinero con el cuál sustentarme por un año y luego me echo de la casa.
Claramente no le rogaría así que me arme de valor y me fui de ahí.

Mis amigos me ayudaron a conseguir un departamento económico en el cuál vivir, pero... Ese lugar estaba fatal.

Al entrar al departamento caminé hasta el elevador y presione el botón y enseguida este se abrió mostrando a George y Ringo.

—¡Hasta que llegas! —Me reclamo George— ya hasta se enfriaron las galletas que cocinó Ringo.

—Si, ya hasta se las acabo George. —Siguió Ringo—

—No me culpen.

Me queje ya que las maletas pesaban un montón entonces mis amigos se ofrecieron a ayudarme.
Los tres subimos al elevador y esperamos a que este subiera hasta el piso cinco y cuando esté lo hizo así bajamos.

—Dices que te dieron el número sesenta y seis ¿No?

—Si George. —Siguieron caminando—

—Genial te toco junto a mí.

Seguimos caminando un poco más hasta topar a la orilla y justo en el último departamento estaba el mío, enfrente estaba el de George.

Tomé las llaves y las introduje a la cerradura. Una vez que abrí la puerta dejé pasar a mis amigos y después entre yo. Dejamos las maletas sobre el piso y nos sentamos en el sillón. No era muy viejo, pero tampoco era el más nuevo...y olía raro.

—por cierto ¿Dónde está John? —Les pregunté mientras me como daba en el sofá individual—

—Esta con Cynthia, creo que tenía algo importante que decirle.

—Mmh.

—¿Celoso?

Bufé y negué.: —pero... —ambos se vieron con complicidad— me molesta que no haya venido. Me prometió que vendría hoy y me ayudaría con la pintura.

—Si Paul —Dijo Ringo— pero John no siempre va a estar siguiéndote ¿Entiendes?, La persona que debería está celosa aquí en todo caso es Cynthia.

George asintió y continuó él: — prácticamente tú le robaste a su novio. Siempre son Lennon y McCartney o McCartney y Lennon. ¿Cuándo será Powell y Lennon?

—Claro que hay Cynthia y John. —Me cruce de brazos. Ambos me vieron con incredulidad— de verdad. En la universidad siempre están ellos y yo...yo estoy ahí de sobra.

—Porque tú quieres, Paul. Por eso. Nosotros siempre te decimos "oye Paul ven", "oye Paul acompáñanos", pero siempre niegas y te vas con John.

—Mi excusa aquí sería que él es mi mejor amigo. Aparte...

El timbre del apartamento de George sonó y este se levantó de inmediato ni sin antes decirnos —ya vengo. Entonces salió de mi departamento y camino al suyo. No estaban tan separados y sí mucho sería unos 13 metros.

"¡Paul! ¿¡Donde esta Paul!?"

era la voz de John así que salí y detrás de mí estaba Ringo.

—¡Paul! —Corrió a mis brazos mientras se echaba a llorar. Lo abrace muy fuerte—

—¿Qué pasa, John? —Intente sonar tranquilo. Pero realmente me preocupaba verlo así—

—chicos —dijo John con un tono desanimado— ¿Podrían irse?, Quiero hablar con Paul a solas.

—Pff, como siempre el mclennon. —Dijo George. "Mclennon" era un término que los chicos habían inventado para definirnos a John y a mí—

—Shh, calla George. Está bien chicos, los dejaremos charlar, pero si necesitan algo solo avísenos. Estaremos en el departamento de George.

Asentí y guíe a John dentro de mi departamento. Cerré la puerta ágilmente con mi pie y caminamos hasta los sofás, nos sentamos. John cubrió su rostro con ambas manos.
Lo único que hice fue reposar mi mano sobre su rodilla y dar pequeños movimientos circulares.

—Dime, anda mi Teddy Boy. ¿Qué ocurre? —Le pregunté con un tono tranquilo—

—Es sobre Cynthia.

Tragué en seco y pensé muchas cosas...

—¿Ella esta... Embarazada? —Le pregunté con muchos nervios—

—No..., Paulie. Tiene cáncer. —Y se echó a llorar más. Me dolía su llanto, era lastimero, era agonizante, era de dolor— se va a morir.

—¡No, no, no! —Me apresure a decir— Johnny, no pierdas la fe. Todo estará bien, ya verás. Un día todo esto solo será una anécdota y será... —Su abrazo calló mis palabras. Me dediqué a acariciar su cabello mientras guardaba silencio y escuchaba su llanto—

—Si ella se muere... Y-yo, yo juro que...

—Shh. —Lo apegue más a mí— ni lo digas ¿Me oíste? —aquello había provocado llanto en mí. No me imaginaba sin mi Johnny— jamás, más lo digas y menos lo pienses ¿me oíste? —Asintió sin ganas—

—Gracias, Paul. Lo siento —Dijo estando más tranquilo—

—No te disculpes, entiendo lo difícil que es que te den una noticia así.

Ambos nos quedamos en completo silencio mientras nos veíamos, le sonreí y en él provocó una sonrisa igual que la mía.

—Te amo Paul, eres como un hermanito para mí.

Auch.

—Yo también te amo. Siempre te voy a amar, no importa el que, de las cosas, estaré ahí vi para ti.

De nuevo y sin imprevisto, me abrazo muy fuerte y me estampó un beso en la mejilla.
Cosas como esas me hacían amarlo más y más.

—Paul —Me dijo aún sin separarse de mí. Sentía su respiración topar muy cerca de mi oído—

—¿si, mi teddy bear?

—¿puedo quedarme esta noche en tu bella mansión?

Sonreí con ánimos. Y otra cosa más que me enamoraba de John era que a pesar de todo tenía las fuerzas para decir cosas graciosas.

—¿en qué tanto piensa mi carita de bebé?, ¿no me dejará dormir en su palacio?

—Oh por supuesto que sí. Usted es bien recibido en este lujoso palacio.

Escuche la risita de John y se separó de mí.

—¿no te he dicho que amo tus labios rojos?

Me sonrojé por completo y después reí.

—Unos miles de veces.

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora