El olor penetrante del alcohol invadió mis sentidos mientras mis ojos se abrían lentamente, luchando por adaptarse a la tenue luz que me rodeaba. La confusión se apoderó de mí mientras miraba a mi alrededor, tratando de entender dónde estaba y qué había sucedido.
Un escalofrío recorrió mi espalda cuando la realidad se hundió en mi mente, como una losa pesada aplastando mis esperanzas. Las lágrimas brotaron de mis ojos mientras el miedo se apoderaba de mi corazón, la idea de haber caído en coma de nuevo y perder otros catorce meses de mi vida era demasiado abrumadora para soportar.
Las lágrimas seguían cayendo mientras me aferraba a la débil esperanza de que este no fuera más que un mal sueño, pero la realidad implacable me rodeaba, recordándome que estaba atrapada en una pesadilla sin fin.
«Mierda, mierda. No por favor»
El sonido de la puerta chirriando al abrirse lentamente me sacó de desesperación. Mis ojos se cerraron instintivamente, pero la voz familiar de Evan resonando al otro lado me llenó de una mezcla de alivio y temor.
Podía sentir su presencia acercándose, cada paso resonando en el suelo como un eco de mi propio tormento interno. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras esperaba, preguntándome qué diría, cómo reaccionaría ante mi situación.
El silencio se volvió palpable mientras Evan se acercaba, y finalmente sentí su presencia a mi lado.
—Es bueno volver—rio sarcástico. —Estúpida habitación.
Se sentó junto a mí y se quedó callado.
—Estas bien, que bonito es saberlo —se entristeció y suspiró profundamente. —Me he preocupado tanto, Sav.
De pronto se echó a llorar, apoyó su brazo en las sabanas, colocó su frente allí y su llanto fue imparable. Sentí como mi corazón se iba rompiendo poco a poco.
— ¿Por qué estas evitándome, palmerita? No tienes idea de cuánto te he extrañado durante estos meses sin ti. Y estas dejándome...— habló entre sollozos. — ¿Por qué estas así conmigo? ¿Qué tengo que hacer para que no te alejes de mí? Me duele esto... te juro que duele demasiado.
Evan siguió sollozando. Creo que el dolor acumulado había explotado del todo.
Estiré mi mano y toqué suavemente su cabello esponjado. Evan levantó su rostro dejando a la vista sus ojos. Estaban rojos e hinchados y sus pestañas húmedas.
— ¿Sav?
Le sonreí algo débil y lo miré con ojos tristes.
—No sé qué me duele más, mi espalda porque he caído por las escaleras o verte llorar a ti.
Evan me tomó la mano entre la suya y la acarició. Yo hice lo mismo, le acaricié el pulgar.
—Sé que diciendo un lo siento no voy a arreglar el daño que he causado. Pero debía alejarme de ti.
— ¿Por qué?
—Porque la falta que siento en mi pecho y todo mi corazón es debido a ti —hablé en un tono triste. —El vacío que siento es la falta que me haces todos los días aunque me convenza que no eres tú. Eres tú, siempre fuiste tú. Ev... No importa que no recuerde nada, no importa si he perdido hasta el último recuerdo. Es como si necesitara de ti y de todos pero...
Evan me dio un apretón en mi mano para que siguiera hablando.
—... Quiero recordarte, te lo juro. Pero no puedo. No puedo recordarte, Evan. Y es lo más doloroso. He sentido esa presión todos mis jodidos días desde que he estado evitándote y es la misma presión que siento cuando estás conmigo.
![](https://img.wattpad.com/cover/214858404-288-k185554.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Perfecta Atracción ©
RomanceSecuela de "Perfecta Destrucción" Si estás pensado en leer esta historia, es necesario que leas la primera parte para entenderle. Después de despertar de un largo coma, Savannah se enfrenta a una realidad desconcertante: no recuerda nada de lo que...