Capítulo 41

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El fin de semana había llegado finalmente, estos días las clases de danza habían sido una locura, tuve que memorizar elementos de las bellas artes y bailes para presentaciones futuras.

—Savie —Evan captó mi atención mientras yo intentaba sacar las llaves de mi bolso.

— ¿Si?

—Antes de que entres a tu casa. ¿Quisieras venir mañana a la playa? Mi mamá, Alice, mis dos primas y yo iremos a una playa muy bonita que queda cerca de aquí. Mi mamá me dijo que te invitara para que despejaras tu mente —mordió su labio mientras jugaba con sus dedos.

— ¿Y si no le caigo bien a tus primas? —fruncí mi ceño. La mamá de Evan y Alice eran una cosa, pero sus primas eran otra, no quería caerles mal.

—Ellas te amarán, ¿si? —su cara se formó en un puchero y comenzó a picarme provocando que riera.

—Está bien, solo porque te quiero ver feliz.

— ¡Te quiero! —me dio un beso corto y sonrió. —Entonces te veo mañana, pasó por ti a las cinco, no olvides llevar ropa con la que te sientas cómoda —sonrió amigablemente.

—Claro que si —le sonreí y me despedí de él. —Hasta mañana.

Entré a mi casa y divise a mi mamá sentada en el sillón leyendo una revista, así que caminé hasta ella para poder pedirle permiso.

— ¿Mamá? —me senté a su lado y ella dejó de leer su revista. —Evan me invito a pasar el fin de semana con él y su familia en una playa cerca de aquí...

—Sav, sé que te dije que Evan era una mala persona, pero cuando creí que era Dylan me di cuenta que es un gran chico, perdón por haber tenido ese comportamiento hacía é, no me había disculpado antes por todo lo qué pasó, pero sé que es hora —tomó mis manos y me miró con sus ojos tristes. —Claro que puedes ir y de nuevo perdón por todo lo que dije de él anteriormente.

—No pasa nada, todo lo que pasó hay que dejarlo en el pasado —besé su mejilla.

—Todo se quedará atrás —me aseguró.

Subí a mi habitación y comencé a empacar las cosas para la paya, tomé un par de mudas de ropa y unos trajes de baño, pero me detuve antes de meterlos a mi maleta ya que no quería usarlos, habían quedado marcas en mi cuerpo que no me hacían sentir cómoda, así que opté por un traje de baño que me cubría la gran parte de mi espalda y un short para no mostrar tanto mis piernas. Era lila con unos destellos blancos y unas sandalias que hacían juego.

El profesor Will me había comentado que le dijera a mi mamá sobre el intercambio pero eso lo haría cuando volviera, igual hablaría con Evan para comentárselo.

Caminé hasta mi tocador y me senté para investigar más sobre Toronto. Entré a google y busqué imágenes, también ciudades cercanas de donde iba a estudiar. Mi boca se abrió ligeramente al ver la cantidad de cosas que había por hacer en aquel país. La universidad a la cual iba a asistir se llamaba Universidad de Ryerson. Era un edificio gigante de color gris con rojo, tenía unos salones impresionantes y lo más importante era que quedaba a diez minutos de donde me iba a quedar. Estaba realmente emocionada por ir allí.

Volteé hacía mi balcón y mi corazón se detuvo al ver una sombra parada. Tomé lo primero que vi y caminé hasta ahí con miedo.

Solté todo el aire cuando la luz dio directo a la cara de Evan. Él sonrió y entró sonriente dejando a la vista sus hoyuelos.

— ¿De verdad me ibas a pegar con eso, palmerita?
—señaló mi pantufla mientras trataba de no reírse.

—Era lo único que se me ocurrió tomar —la bajé y caminé hasta él para abrazarlo. Su perfume me hizo sentir en mi hogar, amaba su olor característico. — ¿Qué haces aquí?

Perfecta Atracción ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora