Lo primero que se me había venido a la cabeza cuando Evan me ha dicho que tendríamos una, literalmente, cita especial, fue: ¿Qué usaría?
Tendríamos una cita. La cita que jamás tuvimos, la cita que sería inolvidable. Porque no recordaba una anterior, pero esta vez sería diferente. No volvería a suceder ese accidente, no me alejaría de Evan aunque eso me costara la vida.
No sabía qué diablos usar. E iba a azotarme la cabeza contra el suelo, y mi mamá estaba totalmente avisada.
— ¿Sabes que a Dylan ni siquiera le importa lo que uses, no?
—Te pido por favor que no vuelvas a decir eso porque...
—Cariño —habló mi mamá acercándose a mí. —A Dylan no le importa. ¿De acuerdo? Ve como tú te sientas cómoda.
—Es especial y... quiero ir especial.
—Amor, tú ya eres especial para él.
—Bueno, aún más.
—Ya lo eres.
No respondí a eso así que solo regresé a mi armario nuevamente.
Encontré algo: Un vestido rojo, aunque no quería ir tan formal, quería estar bien. Quería estar cómoda así que me miré al espejo y mi mamá apareció detrás de mí.
—Pero qué bonita te has puesto para tu novio —rio mi mamá. Ahora ya no me dejaba de molestar con Evan, a mí no me molestaba y a ella tampoco.
—Mi novio —afirmé y mis mejillas se tornaron de un color carmesí. No podía evitar lo emocionada que estaba por esta cita. —Estoy emocionada, es mi primera cita.
Mi mamá sonrió emocionada.
—Y todavía no es la boda. Voy a llorar.
—Ay no mamá, falta mucho tiempo —le sonreí caminando lejos del espejo para colocarme perfume.
— ¿Vendrá por ti?
—Sí, ha quedado con secuelas.
—Cariño, no es gracioso.
Giré a mi mamá y le dije:
—Lo sé, tiene miedo de que maneje sola otra vez.
—Está asustado.
—Lo sé, pero será diferente. ¿De acuerdo? No quiero pensar en eso ahora. No quiero que nada arruine el momento.
—Y nada lo hará. Confía en esta noche.
Le sonreí y sentí como mi corazón latía desenfrenadamente.
— ¡Sí! —exclamé emocionada como una niña.
Según Evan, pasaría a recogerme a las 9:00 PM. Y eran las 8:37 PM.
Me encontraba sentada en mi cama. Jamás habría pensado lo nerviosa que estaría porque parecía como si fuera a ver por primera vez a Evan. En serio estaba por colapsar o tener un ataque de pánico.
—Sav no puedes seguir así, tienes que tranquilizarte.
—Déjame. En serio... estoy muy nerviosa y... ¡Oh Dios! Lloraré —titubeé y Charlie sólo me miraba con una pizca de ternura y diversión.
—Guarda esa lagrimas para la boda.
Miré a mi mama con una pizca de diversión. Pero dentro de mí agradecía que mi mamá estuviera aquí conmigo. Lo agradecía un montón porque ella podría llevarme al hospital cuando me desmayara en menos de cinco minutos.
Cuando desperté del coma había pensado que sería diferente. Que en serio jamás podría llenar ese vacío que estaba oprimiendo mi pecho. Jamás hubiese pensado estar a punto de tener una cita con mi ex novio que no era un idiota y que se había convertido nuevamente en mi novio.
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Perfecta Atracción ©
RomanceSecuela de "Perfecta Destrucción" Si estás pensado en leer esta historia, es necesario que leas la primera parte para entenderle. Después de despertar de un largo coma, Savannah se enfrenta a una realidad desconcertante: no recuerda nada de lo que...