Capítulo 43

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Caminé hacía él y lo tomé por la cintura, ocasionando que diera un brinquito, al verme su sonrisa salió a relucir con un blanco encantador.

—Me encanta como te ves —halagó mientras besaba mi mejilla. —Hoy tengo un plan más divertido, ¡Pero! con una deliciosa cena al final.

Tomó mi mano y caminamos hasta la salida en la cual había dos patines eléctricos. Sonreí al verlos esperando que dijera que era broma pero no lo hizo.

—Sube —sonrió mientras él subía al suyo. Subí cuidadosamente y presioné el botón de encendido.

Evan salió del lugar dejándome detrás, así que comencé a avanzar alcanzándolo. No iban tan rápido pero hacia que el viento pegara en mi cara refrescándome. Seguimos un camino que dejaba a la vista el mar, las olas rompiéndose se escuchaban desde nos encontrábamos y sonreí al ver lo feliz que estaba. Tenía suerte de tener a Evan y a pesar de todo lo que habíamos pasado, yo seguía aquí, él también seguía junto a mí y no tenía duda de que jamás se iría.

— ¡Alcánzame, Sav! —gritó mientas aceleraba un poco más, me sujete bien y aceleré. Miré a mí al rededor y todos estaban felices, las familias reían sin parar y los pequeños niños saltaban de un lado a otro tratando de convencer a sus papas de que les compraran algo.

Evan se detuvo en la entrada de un auditorio en la cual se ponía el nombre de un festival de colores.

—Debe ser una broma —hablé viendo la gran cantidad de gente que corría de un lugar a otro.

—Nada de eso, quería que nos divirtiéramos, ¿lista? —me preguntó y yo asentí repetidas veces emocionada.

Nos encaminamos a formarnos en la fila la cual empezaba a avanzar poco a poco. Antes de entrar nos entregaron un sobre con polvos fosforescentes, los cuales podríamos aventar en cualquier momento, seguimos esperando hasta que por fin nos encontrábamos en el centro. Sujete mi saco en mi cintura y comencé a ver hacía todos lados emocionada. Evan cada cierto tiempo me robaba besos que hacía que me pusiera nerviosa. Él me entregó su celular para que pudiera grabar, así que eso hice, también tomaba fotografías, la mayoría eran sobre Evan haciendo caras graciosas o de nosotros dos.

Finalmente la hora llegó, Dj's salieron al escenario y todos comenzaron a gritar. Evan saltaba al ritmo de la música y cantaba las canciones. Me encantaba verlo de esa manera, verlo feliz y sin miedo de nada.

— ¡Échense una canción sensual! —gritó Evan a todo pulmón y yo comencé a reírme como nunca. Algunas personas que también lo habían escuchado rieron.

La canción Dessire de Gryffin comenzó a sonar y yo no pude estar más feliz. Evan parecía disfrutarla, ya que cerró sus ojos mientras cantaba y bailaba. Al abrir sus ojos me sonrió y abrió sus brazos para que me refugiara en ellos. Sentía tantas emociones esta noche, tantas cosas que quería gritar. Comenzaron a aventar los polvos de colores hacia todos lados, y nosotros no desperdiciamos la oportunidad. La combinación de los colores y las luces hacía que se viera increíble.

Varías canciones y gritos después, nos encontrábamos en un pequeño restaurante aunque la mayoría se nos quedaba viendo ya que estábamos cubiertos de colores por todos lados. Evan ordenó la especialidad del chef, la cual era risotto de zanahoria. Estaba delicioso y lo acompañamos con una botella de vino. Sin darnos cuenta, esa botella se convirtió en tres y mi cabeza comenzó a sentirlo. La cena fue de lo más linda, hablamos de todo y de nada. Lo más divertido fue la charla que habíamos tenido discutiendo cual era la caricatura más divertida. Él dijo que era Tom y Jerry, yo dije Las chicas súper poderosas.

—Evan, me siento un poco mareada —confesé mientras tocaba mi cabeza.

—Ya me di cuenta, se te han puesto las mejillas rojas—rio tocándome las mejillas y me ayudó a andar. —Será mejor que vayamos al hotel.

Perfecta Atracción ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora