Capítulo 25

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Estaba caminando por la sala buscando que hacer. Mi mamá se había ido a trabajar y Charlie tenía junta de trabajo al otro lado de la ciudad. Mi mente ya estaba mucho mejor, recordaba todo y a todos con claridad y sin ningún problema. Había quedado con Evan que no diría nada de que mi memoria había regresado ya que quería ver hasta donde eran capases de mentirme.

Estaba bien que no quisieran que recordara a Evan, pero... ¿por qué inventarme una relación falsa con Adam? Era algo innecesario y tonto.

—Así que te robaste a mi novia —escuché la voz de alguien afuera. Me acerqué a la ventana para poder ver de qué se trataba.

—Savannah jamás será tu novia. Bonita forma de tenerla —rio Evan. —Con puras mentiras y aprovechándote de que no recuerda nada. Qué bonito.

Oh no...

—Cállate la boca, no sé porque estás aquí, le hiciste demasiado daño y le hablas como si nada, tú eres el que se aprovecha.

—Atrévete a tocar ese timbre y te partiré toda la cara.

— ¿Tú crees que puedes hacerla feliz con engaños? ¡Mírate! —soltó Adam y de pronto vi como Evan estampó su puño contra la cara de Adam, haciendo que resonara por toda la calle. Él se levantó y le aventó una piedra en la cara.

—Eres un maldito cobarde.

Abrí la puerta rápidamente, dejando a la vista a Evan tirado en el suelo con la nariz sangrando.

—Evan, ¿qué ha sucedido?

—Tu "novio" no quería que te visitara —gruñó sobando su nariz y yo miré mal a Adam.

— ¿Estás loco Adam? Ni se te ocurra volverle a poner una mano encima a Evan —hablé furiosa. —Pudiste haberlo matado, imbécil.

Adam me miró dolido y salió a toda prisa. Tomé Evan del brazo y lo guié a la sala para que pudiera ver su nariz, fui por el botiquín y lo curé. No podía evitar comparar esta situación con las otras en las que había curado las heridas de él. No podía estar enojada por haberle pegado a Adam, en parte se lo merecía por engañarme.

— ¿Crees que es buena idea esperar más tiempo para decirles la verdad? —preguntó Evan soltando un quejido. Su nariz se había tornado morada y se estaba hinchando.

—No lo sé, la verdad no sé qué pasará si les digo la verdad. Lo más probable es que me quieran separar de ti —sonreí de lado. Era lo que más temía, Evan había vuelto a ser como el de antes y yo no quería que lo alejaran de mí. Aunque no les haría caso en absoluto.

—Yo jamás me alejaré de ti... aunque mi vida dependa de ello —me dio un beso en la mejilla y se recostó en mis piernas. — ¿Cuándo llega Alex?

Mi mente aterrizo de pronto. Alex regresaba de su intercambio con Olivia mañana y la idea de no ver a Evan me estrujaba el corazón. Su boda seria este fin de semana y de alguna forma me hubiera encantado que Evan fuera conmigo.

—Mañana...

—Aun así te estaré mandando mensajes, sólo no te estreses.

Asentí con la cabeza, me dolía que me hubieran mentido en cuanto a todo. De alguna forma lo entendía porque no querían que lo recordara pero... ¿qué hubiera pasado si Evan se hubiera suicidado y un día lo recordaba? Me hubiera sentido horrible y quien sabe que hubiera pasado.

— ¿Te apetece dormir hoy en otro lugar? —preguntó volteándose hacia mí y yo fruncí el ceño.

— ¿Dónde?

—Jamás nos quedamos en la cabaña, me gustaría que fuéramos.

La idea me encantaba así que asentí con la cabeza y corrí hacia mi habitación. Metí mi pijama en una pequeña mochila junto con mi cepillo de dientes y bajé.

Perfecta Atracción ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora