—Al parecer Zoe hizo bien su trabajo al mandarte mensaje desde mi celular.
Él sabía que estaría aquí para escuchar todo. Y ahora todo tenía sentido.
—¡De verdad fuiste tan ingenua, palmerita! —soltó dejando salir todo el humo en mi cara. Retrocedí un poco y alcé mi mano para poder darle un golpe, pero él la tomó con la ceja levantada. —Yo no haría eso.
Claro que lo haría. Mi puño se estampó contra su nariz dejando un ardor inmediato. Evan me miró con cara de sorpresa y limpió la sangre que le comenzó a escurrir.
Pero antes de que el "sueño" siguiera. Desperté. Me enderecé en la cama, mis ojos estaban cristalizados y mis manos estaban temblando.
Evan me había dicho: «Sav no son sueños. Son recuerdos»
Recordé aunque no sentía que era yo la que estaba allí pero algo era algo. Pero que algo tan horrible. El peor recuerdo de todos.
Quería llorar porque había sentido eso tan real. Sentí el rechazo de Evan y que me dejaba. Que iba a dejarme para siempre.
Quería saber más sobre ese día. ¿Qué había pasado exactamente? No quería hablarlo con Evan, no quería que me lo contara y que los dos termináramos llorando porque era lo más posible. Quería, de una vez por todas, recordar.
Respiré profundamente, me limpié las lágrimas y miré la hora. 5:10 PM. Evan estaba por llegar. O ya había llegado porque escuché que mi mamá le dijo: "Está arriba. Creo que está durmiendo".
— ¡No lo estoy! —grité y la voz se me quebró.
Me levanté rápidamente antes de que Evan subiera y me largué al baño a mojarme la cara y que no se me notaran los ojos hinchados por haber llorado e hice mis necesidades.
Cuando regresé a mi habitación estaba Evan de espaldas y automáticamente recordé el sueño. Quería llorar nuevamente y me quise pegar por ser tan sentimental últimamente.
Evan volteó con una sonrisa pero se le esfumó cuando me miró. Se acercó a mí lentamente.
Cerré la puerta de mi habitación y giré hacía Evan.
—Tengo los ojos... eh... —hablé queriendo explicar porque estaba a punto de llorar. —Es que...
Pero Evan me abrazó colocando mi cabeza en su pecho.
—Hey... está bien —musitó Evan. —Respira. ¿Sí?
Asentí y levanté mi rostro mirando a Evan. Seguíamos abrazados así que pasé mis brazos por la cintura de él y respiré hondo.
—Estaba... estaba durmiendo y soñé, bueno, recordé... La vez que me dejaste por aquella chica, como me humillaste en aquel bar y como no tuviste compasión de mí.
Evan se tensó al momento de haber escuchado aquello y me miró.
—Sí, ese día quería llorar al ver tus ojos llenos de lágrimas, fui un compelo estúpido al haberte hecho eso, cuando tú te fuiste con Adam, yo salí de ahí. Quería estar solo.
—Fue como vivirlo de nuevo. Lo recordé. Aunque no sentí y que... bueno ya sabes, pero fue horrible.
—Estoy aquí —musitó Evan mirándome a los ojos. —Estoy aquí y no pienso irme a ninguna parte sin ti.
Mordí mi labio y le dije:
—Sé que no fue tú culpa, querías proteger a todos, pero hubiera preferido a que me dijeras la verdad antes de hacerme eso, pero... —hablé, pero me quedé callada.
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Perfecta Atracción ©
RomansSecuela de "Perfecta Destrucción" Si estás pensado en leer esta historia, es necesario que leas la primera parte para entenderle. Después de despertar de un largo coma, Savannah se enfrenta a una realidad desconcertante: no recuerda nada de lo que...