Capítulo 14

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Salí de casa para poder recoger las cartas del buzón. Cuando las tomé, estaba muy concentrada en saber de qué eran, pero una me llamo la atención en especial. "Universidad del sur de California" Estaba tan concentrada que no me di cuenta que alguien se había acercado a mí.

—Mirando las cartas, ¿eh?

Levanté mi mirada encontrándome con la de ella. Automáticamente mi mal humor había aparecido.

— ¿Te interesa o que quieres?

—Bien —rio Meredith. —Estas enojada y lo entiendo.

— ¿Qué entiendes tú? No puedes entender nada —hablé seriamente.

— ¿Crees que no lo sé? —preguntó Meredith y frunció el ceño. —Crees amar a Evan pero no es así. No puedes perder tu memoria y luego tratarlo como si fuera tu novio, cuando no lo es.

— ¿Como si fuera mi novio? —repetí. —Puede ser, ¿sabes? A veces me cuesta creer que Evan ya no es mi novio y me ha costado tanto aceptarlo, pero puedo volver a la jugada porque resulta... que no tengo competencia —reí con una sonrisa.

—Ni siquiera lo recuerdas —masculló la pelinegra.

No me hace falta recordarlo para saber que es mío. ¿De acuerdo? —solté para después voltear e irme.

— ¿Piensas que te lo haré fácil? —rio con sarcasmo. —Sólo fue tuyo un par de días. Puedo quitártelo si quiero.

La volteé a ver molesta y le dije:

— ¿Un par de días? Meredith, ¿tienes idea de lo idiota qué estas siendo? ¿Crees que Evan fue mío de un día para otro? Pues déjame decirte que siempre lo fue. Siempre fue mío. Y me cuesta decir que es mío, porque él no es un objeto.

Meredith me miró como si realmente quisiera matarme. Estaba muy molesta.

—Realmente me está molestando tu actitud con Evan y no me da miedo decirlo Meredith. Estas siendo un puto dolor de cabeza para mí.

—Se que te da miedo que te lo quite. Por eso estás molesta.

—Confió en Evan.

— ¿De verdad?—preguntó Meredith y alzó las cejas.

Tardé en responder pero le dije, claramente y muy seria:

—Sí. Confió en Evan. Tú no me eres de fiar —gruñí acercándome a ella. Ya no le tenía miedo, ya me había hartado. —Deja a Evan de una puta vez.

—Como tú quieras —habló comenzando a caminar para marcharse.

—Eres tan ingenua pensando en que voy a dejar a Evan solo porque una loca se entromete, ¡Por favor Meredith! ¡Búscate a otra persona! —exclamé enojada.

Meredith volteó y me dijo en un tono alto y divertido:

— ¡Veremos!

— ¡Púdrete! —gruñí enojada. Entré a casa azotando la puerta.

Estaba muy molesta con Meredith. En serio no quería que se entrometiera más y es que otra cosa no podía hacer pero confiaba en Evan, no sabía porque pero igual lo hacía. ¿Por qué no lo haría? Estaba segura que Evan no caería en los juegos de Meredith.

Subí a mi habitación y abrí la carta de la Universidad que me había llegado. No recordaba absolutamente nada, así que no sabía si había mandado cartas a universidades.

17 de Enero.

Estimada Savannah Hood Leen.

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