Habían pasado treinta y cinco minutos y Evan seguía afuera. Golpeó una vez más la puerta y gritó:
— ¡Sav! Palmerita, ábreme por favor. Lo siento, ¿de acuerdo? Lo siento tanto.
Yo también estaba sentada en el suelo y mi espalda estaba apoyada en la puerta, me sentía muy triste y muy enojada.
Evan siguió hablando.
—Te juro que no iba a hacer nada con Meredith. No iba a besarla, te lo prometo. Quería empujarla pero llegaste tú... ¿puedes abrirme? —preguntó por décima vez, paró de hablar un segundo y luego musitó —Por favor.
—Te juro que por dentro pensé que ibas a besarte con Meredith. Y me molesté demasiado— hablé lentamente.
— ¿Sav? Mi amor... —se alegró y se calló rápidamente. Yo solté una risita y negué con la cabeza. — ¿Puedes abrir? Quiero explicarte todo. Quiero hablar bien contigo. Abre, por favor —suplicó.
Quería ser mala un poco más, ahora si se lo merecía.
—Si te miro... mi enojo pasará.
—Eso esta bien.
—No.
—Palmerita...
—Evan.
—Abre. ¿De acuerdo? Quiero verte. Me alejaré de Meredith si es lo que quieres. Me alejaré completamente de ella. Sé que te molestó. Y lo siento.
—Maldita sea, Evan... estoy muy celosa ahora.
—Qué bonito.
—Te juro que no lo es.
—Tú eres muy bonita.
Suspiré y me levanté para después girar la manija lentamente para abrir la puerta. Evan se paró rápidamente. Pude ver sus ojos rojos e hinchados debido a que estaba llorando, sus ojos reflejaban tristeza. Y a mí me rompió el corazón ver eso.
Tomé su mano para hacerlo entrar y cerré la puerta.
—Sav...
Pero yo lo abracé. Coloqué mi cabeza en el pecho de Evan y lo abracé con todas mis fuerzas. Parecía querer llorar otra vez. Estaba muy triste ahora. Quería ir y golpear tanto a Meredith, hasta que entendiera que Evan no la quería y jamas la iba a querer. En serio.
No me importaba si haya parecido como si Evan fuera sido mío de un día para otro. Él siempre lo fue.
Evan pasó sus manos por mi espalda.
— ¿Estas bien?
Negué.
—Lo siento, Sav. No sé cuántas veces voy a decirlo pero realmente lo siento mucho — habló Evan atrayéndome más a él.
—No es tu culpa, en parte. He descubierto que soy muy celosa.
—Lo eres, siempre fuiste así.
— ¿Entonces por qué haces lo que haces?
—No lo hago, sólo... quería estar bien con Meredith pero siempre esta cagándola. Y... siento que esto también es mi culpa.
Abracé más fuerte a Evan. Si es que eso era posible. Lo abracé como si necesitara estar entre sus brazos, como si necesitara el calor de Evan para que todo volviera a ser como antes.
—Quisiera poder abrazarte más fuerte. Nunca me es suficiente. Necesito más de ti, Evan— musité. —Sigo sintiendo este vacío indeterminable y sé que con el tiempo podrás llenarlo tú. Sea como sea, vuelvan o no mis recuerdos. Sé que podrás arreglarme estando completamente rota.
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Perfecta Atracción ©
RomantizmSecuela de "Perfecta Destrucción" Si estás pensado en leer esta historia, es necesario que leas la primera parte para entenderle. Después de despertar de un largo coma, Savannah se enfrenta a una realidad desconcertante: no recuerda nada de lo que...