Domando un corazón de piedra

despertando como un consorte abandonado

El dolor de cabeza no le dejaba abrir los ojos, sentía tantas nauseas como si estuviera en un bote en el medio del mar. No había consumido alcohol en toda su vida, y esta iba a ser la primera y la ultima evidentemente si este era el resultado.

Pero anoche sentía que si no tomaba un trago no iba a poder sacar todo de adentro, todo el dolor se le iba a aquedar estancado en la garganta y no la iba a abandonar jamás. Toda culpa de ese maldito perro que tenia como jefe, ahora maldito ex jefe.

¿Acaso no tenia mejor forma de despedirla que humillándola? Haciendo una reunión para decir que tenían cosas que celebrar en el trabajo los hizo reunirse a todos, y anuncio de lo más feliz que Erica una nueva trabajadora parcial al fin tenia un puesto fijo en la empresa y el puesto que tenia Erica era el de ella. Así sin mas anuncio que la despedían para darle el lugar a Erica. Su desempeño no era malo, y no se llevaba mal con sus compañeros, pero su jefe era un cerdo que prefería la belleza por sobre las aptitudes.

¡Ella llevaba en esa empresa más tiempo que el! Para cuando el heredo el puesto ella ya tenia tres años de trabajo de oficina. El shock de la escena fue tan grande que salió de la empresa sin buscar sus cosas, y por primera vez en sus 26 años fue directo a un bar y le pidió al camarero lo más fuerte que tuviera una y otra vez.

Ese es su recuerdo final, lo que paso luego, esta en neblina.

Abrió los ojos lentamente, pesaban tanto que el siquiera intentar mover el parpado era considerado tortura, maldito vodka. Gimió al sentir el sol tratando de dejarla ciega, maldición dejo las cortinas abiertas anoche.

-¡Alteza, gracias dios despierta nos tenía totalmente angustiados! - Una mujer de mediana edad estaba llorando sosteniendo su mano. No reconocía a esta mujer y mucho menos reconocía la forma en la que estaba vestida, como si fuera alguno de esos kdramas que tanto le gustaban a su sobrina. Pero antes de siquiera pensar en nada hay que hacer lo primero de lo primero

-podrías darme un balde? Tengo que vomitar, que pena pedirte esto, pero me duele tanto la cabeza que no puedo buscarlo yo-.

La mujer puso una mirada consternada -es imposible que su Alteza lo haga por si mismo, esta anciana jamás se lo permitiría- sacudió una campana y una joven vestida de igual forma extraña entro – ve y busca un cuenco donde su alteza pueda desahogar su malestar rápidamente- dijo esto y la mujer se alejó rápidamente para luego volver con un recipiente. Como ya estaba en el limite se levanto y se lo arrebato de la mano, tratando de ir a algún lugar con un poco de privacidad para su urgencia.

Luego de recobrar un poco de dignidad fue hacia donde las mujeres seguían esperando -¿de que va todo esto? ¿es alguna especie de culto que me uní luego de emborracharme anoche? - pregunto sin mucho rodeo.

Las dos me miraban totalmente sin saber a que me refería, pude verlo en sus caras. -Alteza no se de que habla lleva inconsciente tres días, pensamos que podría no despertar jamás- la mayor hablo

-¿cómo que tres días? ¿qué día es hoy?- pregunto sintiendo un pequeño pánico crecer en su pecho.

-Respondiendo a su Alteza, hoy es el decimo sexto día del onceavo mes del año del mono-.

La mujer mayor respondió de una forma que la dejo desconcertada. Que acaso esto es una alucinación de borrachos? ¿De ser así todavía no se despertó? ¿Eso quería decir que tenía que volver a pasar por las náuseas y el dolor de cabeza cuando despierte?, maldición. Pero si esto era un sueño de esos que parecían tan reales decidido que quería medir que tan fuerte era el poder de su imaginación y ver que había creado.

-el malestar persiste en mi mente y no me deja recordar con claridad los hechos, me gustaría que me pongas al día con lo que está pasando- dijo dirigiéndose a la mujer de mediana edad que a la vista podía tener mas información de esto que la otra que parecía mas una simple ayuda de cámara.

La mujer mayor sollozo y se arrodillo de pronto -es mi culpa Alteza, esta anciana no ha cuidado bien de su persona, y por su culpa esta pasando por todo esto, por favor perdóneme- no paraba de llorar y no se entendía bien lo que quería decir, y con tanto llanto logro poner nerviosa a la otra mujer que también se arrodillo y empezó a llorar como la anciana. -perdónenos alteza, haremos lo que sea para que su estadía sea más que placentera.

-no me interesan las culpas en este momento, necesito saber que hago en este lugar y que esta pasando- había que armar rápido una idea general de la situación, no sabia por que pero se le hacia de mas urgente. Había un pánico que no paraba de crecer dentro de su corazón que estaba asustándola cada vez mas.

-respondiendo a su alteza, usted es el único hijo de la familia Fa, que fue dado en matrimonio al príncipe heredero por un acuerdo entre el anterior emperador y su abuelo materno, al nacer su alteza con un cuerpo de carácter especial. Al llegar la mayoría de edad el príncipe Heredero, ahora emperador quiso romper el compromiso diciendo que se había enamorado de una mujer. El emperador no lo acepto y mantuvo el compromiso pese a la evidente disconformidad del príncipe. Cuando usted llego a la mayoría de edad se tenia que celebrar la unión pero estallo la guerra con el país del Norte lo que demoro la ceremonia por una año mas. Hace cinco días que su alteza al fin logro casarse, pero el príncipe dijo que jamás tocaría un cabello de su majestad y luego de la ceremonia sin siquiera verle el rostro abandono la capital para dirigirse al frente de la batalla. Alteza usted entristeció tanto que se enfermo y no ha despertado hasta hoy, tres días después. En estos días que ha dormido el antiguo emperador nombro al príncipe heredero emperador y se retiró de sus obligaciones, esperando que con esto su hijo vuelva a la capital. - cuando la mujer termino de hablar, miro sus pies como esperando un castigo. Luego de uno minutos en silencio se atrevió a levantar la vista para ver la cara de desconcierto en el rostro del joven consorte imperial. - esta todo bien alteza? -

No salía de la sorpresa, era algo que simplemente ni en sus mejores sueños se le ocurrió siquiera fantasear - ¿soy un hombre? - pregunto sin caer todavía en el hecho.

-Alteza por que pregunta eso? ¡Claro que es un hombre! Por más que las malas lenguas difamen a causa de su condición especial, usted es un hombre en toda la ley. - dijo indignada la mujer

Fue demasiada información de golpe. Cerro los ojos y se desmayó.