Llegar hasta donde estaba le había costado sacrificarlo todo. Su familia dependía totalmente de ella, no había nacido un solo varón en su familia. Ni su madre ni las dos concubinas de su padre le habían podido dar hijos varones. Cuando ella nació su madre ya era mayor y se dijo que este era el último bebé que iba a poder darle a su esposo. Si no llegaba a ser un niño la deshonra iba a caer en su casa. Cuando Yan Xilien nació, su madre casi muere en el parto, su padre al recibirla en un momento de ira y locura anuncio a todos que había tenido al fin un varón. Ella pasó sus 17 años de vida siendo educada y adiestrada como un chico, su padre un comandante del ejército del emperador no podía no tener un heredero.
Este secreto solo lo sabían él y su madre. No fue hasta que ella cumplió 13 años que su cuerpo comenzó a cambiar que se le tuvo que contar la verdad y enseñarle a ocultar su cuerpo. El shock al principio fue grande, pero con los años fue entendiendo y aprendiendo la importancia de seguir ocultando la verdad al mundo.
Ahora era uno de los soldados de élite que empezaban su entrenamiento para poder ser guardias reales de élite. Proteger al emperador y su familia era un honor que su padre aspiraba y al no llegar dejo toda la responsabilidad en su "único hijo". Se lo consideraba un hombre bajo y menudo, pero eso no le quitaba fuerza y agilidad en combate era tan capacitado como cualquier hombre, con el arco nadie le ganaba.
Esa mañana en la presentación desde donde estaba no alcanzaba a ver al general Zhang, pero había oído hablar que era un hombre más que poderoso, en batalla y fuera de ella. Su padre había dicho que cualquiera de los tres hombres del emperador era casi tan magníficos en combate como el mismo emperador. Los gemelos Zhang estaban tan adiestrados tanto como para las armas como para la diplomacia. Solo que a cada uno le gustaba más una cosa sobre la otra.
Tenía un amigo, un hombre que al poder ser ella una mujer plenamente segura se hubiera permitido amar. Pero al tener que vivir como hombre hasta el resto de sus días freno su corazón en solo una amistad.
Con él estaba descansando en este momento luego de entrenarse. Se reían como siempre de la "razón poco varonil" que Yan Xilien siempre daba para no quitarse la camisa delante de todos, diciendo que odiaba el sol y la piel bronceada. Al principio todos insistían a que se quite la camisa en días calurosos, pero luego de ver que podía soportar el calor bien y que el trabajo duro bajo el sol les partía la piel pero que la de Yan Xilien era tan delicada dejaban de molestarlo.
Su amigo Pam Chie la molestaba en este momento por que a pesar de tener la misma edad ella se vea mucho más joven y todo era culpa del cuidado de su piel y su estatura, se volvió a mirarla, riendo por sus femeninos cuidados de la piel, pero cuando vio su rostro se detuvo y siguió con los ojos al lugar hacia donde miraba hipnotizada. Sentado sobre un banco bajo, con el torso desnudo, afilando su espada, se encontraba el hombre que sin ninguna duda era el más magnífico que vio en su vida. Era un hombre corpulento, muy alto, con grandes músculos protuberantes, pecho fuerte y caderas estrechas dentro del ajustado pantalón negro que llevaba puesto. Que no usará camisa en el frío y sin sol ya era sorprendente, pero aun a esa distancia, Yan Xilien pudo ver que estaba cubierto por una fina capa de sudor. Su perfil era atractivo: una nariz delgada, el cabello muy negro que le cubrían el cuello humedecidos por la transpiración, ojos profundos bajo cejas espesas y negras, y la boca formando una línea delgada, mientras se
concentraba en la piedra que tenía ante sí para afilar la espada.
La primera impresión de ella fue que su corazón iba a dejar de latir. Jamás había visto a un hombre como éste, del cual emanaba el poder como la transpiración de su cuerpo, como un aura que enmarca su enorme y magnífico cuerpo.
—Cierra la boca, tonto —cloqueó Pam Chie—o te pondrás en ridículo. El general no va a tener interés en un mozo que babea a sus pies.
—¿General? —preguntó, volviendo a la realidad—. ¡General Zhang! —musitó, y de pronto creyó comprender. No era
poder lo que ella percibía en este hombre, sino la sensación de que todo el mundo le pertenecía. Generaciones de hombres nobles se habían ido reproduciendo hasta crear hombres como el que tenía delante, arrogante, orgulloso, convencido de que todos estaban destinados a ser sus sirvientes personales, tomando todo aquello que deseaban.
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Domando un corazón de piedra
RomanceBorracha tuvo un accidente de transito,para despertar y darse cuenta que no solo habia transmigrado al pasado si no que también ahora era un hombre con la capacidad de embarazarse abandonado en su noche de bodas por su esposo. al ser una persona de...