Nuevos peligros

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Yan Xilien corrió como desesperada, corrió hacia su caballo, montó a toda prisa y partió hacia el campamento.

Mientras cabalgaba, rió histéricamente de pensar que su vida había acabado, que no había valido la pena tanto sacrificio.Los años de vivir como un hombre de renunciar a su identidad, ya no eran nada. Pero al cabo de unos minutos detuvo el caballo. Quizás podía convencer al general que no diga nada, tenía derecho a sentir ira por ser engañado. No importaba el precio, tal vez pueda comprar su silencio, los hombres siempre tienen un precio.

Seguía vacilando cuando Zhang Di cayó desde un árbol encima de ella y tomó las riendas del caballo.

-¿Cómo...? -balbuceó Yan Xilien.

El no respondió, sino que guió el caballo hacia una cascada. Ella transpiraba horrores de los nervios.

Zhang Di se detuvo junto al río. -Baja y ponte bien la ropa -ordenó.

Ella obedeció. El también desmontó. ─Me gustaría que dejes de tratar de huir de mí por dos minutos y me pongas al dia de lo que está pasando.

Se quedaron en silencio un rato, ella esperando que la tierra se la coma y el tratando de darle espacio. Como ya no podía más con su genio se arrimó a ella y le apretó uno de los pechos que no estaban vendados.

—¿Cómo ha podido pasar semejante mujer por un muchacho? —murmuró él, mirando su mano que acababa de tocar el pequeño y esponjoso bollo—. Ahora entiendo por qué casi me vuelves loco, nunca había sentido atracción por un hombre y si bien no estaba cerrado a la idea jamás me había imaginado con uno hasta que llegaste.

Ella seguía temblando, imaginaba como toda su familia seria decapitada al amanecer, no podía dejar de estar paralizada por el miedo. Zhang Di noto que no había reaccionado como se esperaba y la miró a la cara. Su expresión de puro terror le hizo sacudir el pecho. Ahora se imaginaba vagamente lo que debe estar sintiendo y el miedo que le representa el, para el mismo no era mas que un juego mas, pero si se pone a pensar bien para la joven era una cuestión de vida o muerte.

─volvamos al campamento, mañana mas descansados lo hablaremos bien, trata de dormir algo por ahora─ montó el caballo y extendió una mano para ayudarla a subir. Yan Xilien sentía temor y no se atrevía a rechazar su ayuda. Una vez que hubo montado, trató de no tocarlo, de hacerle olvidar que ella estaba allí.

En una oportunidad, el caballo saltó hacia un lado y ella estuvo a punto de caer.

-Si no soportas la idea de tocarme, al menos sujétate a la maldita silla - gruñó él y Yan Xilien volvió a obedecer.

Cabalgaron en silencio el resto del camino hasta el campamento. Cuando llegaron, ella bajo lo mas rápido que pudo pero el la detuvo de un brazo ─no sientas miedo, no se por que hicieron esto tu familia y tu pero me gustaría saberlo. No voy a decírselo a nadie─ al ver la palidez de la joven le besó la frente y esta se sorprendió─ ahora ve a dormir, que mañana conocerás al consorte imperial.



Bao Yi cabalgaba herido, cada galope que el caballo daba podía hacerle sentir como la herida en su costado se abría mas y mas. Pero no podía frenar, tenia que llegar a la capital y hablar con el emperador. Había sido traicionado en medio de una misión secreta. Logro escapar con vida gracias a sus buenas técnicas en combate, pero no era rival para la cantidad de enemigos que lo perseguían. Toco la cabeza del niño que llevaba consigo, había logrado rescatarlo sano, pero si caía en manos enemigas en este momento todo había sido por nada. Liu Ao tenia que saber lo que estaba pasando, no podía fallar en llegar hasta su amigo. No era solo su vida la que estaba en juego, era la de miles si llegaba a fallar. 

Domando un corazón de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora