Forjando una amistad

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Al llegar a la entrada de la ciudad capital, los estaba esperando una gran comitiva real, con Liu Renchen a la cabeza.

Liu Ao cabalgó hasta su padre y ambos presentaron sus respetos. Pero el saludo del antiguo emperador fue algo mas rígido y casi sin rastros de bienvenida. −solo vine a recibirte como mi emperador, pero estoy pensando que no fue buena idea en dejarte cuidar de nuestro Xiao'er, entremos que hay mucho de qué hablar.

−Entiendo padre− Liu Ao se esperaba ya que todos sepan de lo ocurrido, no solo por la nota que Zhang Di le envió a su hermano, si no por que estaba muy al tanto que eunuco Fu también enviaba notas regularmente. Estaba preparado mentalmente para encontrar problemas de este tipo en casa sabiendo del afecto que su esposo despertaba en la familia imperial. También iba atener que lidiar con su suegro, que seguramente exigiría un divorcio o que Fa Xiao vuelva a vivir a su casa. Pero él era el emperador. Si no podía siquiera retener a su esposo a su lado no merecía siquiera ese título, así le costara una guerra con toda la familia Fa.

Fa Xiao estaba sumergido hasta el cuello en una bañera de agua caliente y jabonosa. En la enorme chimenea ardía un buen fuego, que daba al cuarto calor y fragancia. Se relajó en la tina y miró a su alrededor. La habitación era hermosa, desde las vigas del cielo raso hasta los mosaicos del suelo. Las paredes eran de madera pintada de blanco, con diminutos pimpollos de rosa enroscados a las juntas. No se dio cuenta hasta que volvió cuanto extrañaba su propio baño, se reclinó en la bañera, con una sonrisa. Resultaba agradable verse en medio de tanto lujo, pero al mismo tiempo sentía que ese dinero hubiera debido ser utilizado para otra cosa. Habían visto mucha pobreza dejada por la guerra en el trayecto a casa. Zhang Di junto a su hermano se estaban ocupando de esos asuntos, pero igual le pegaba en la conciencia el disfrutar del lujo luego de lo que vio. Cerró los ojos para pensar en las últimas semanas. La puerta se abrió con suavidad.
— ¿Se siente mejor, alteza? — preguntó Nana Fang entrando.
— Mucho mejor. Había olvidado esta clase de mimos.
la mujer asintió y le tendió una toalla grande, ya caliente.
— Temo que el largo viaje luego de su cirugía pueda haberle afectado, deje que un médico lo inspeccione.
—No te preocupes, la abuela mano a llamar uno para mí, me espera a que termine con el baño.

Fa Xiao se sentó ante el fuego y dio un suspiro. — Me gustaría que echaras un vistazo a mis libros de contabilidad. Creo que los descuide demasiado.

La mujer tomó un peine de marfil y se dedicó a desenredar la cabellera mojada de su amo.
— Es que tienes que considerar otras cosas, aparte de los guisantes acumulados en el depósito.
Dígame: ¿Cómo se siente su corazón luego de reconciliarse con su esposo, alteza?

Fa Xiao Se puso una bata y comenzó a desenredarse personalmente el pelo.
— Es un sentimiento fragmentado—explicó—mi corazón aun llora por él bebe y por qué un pedazo del corazón de mi esposo esta con esa mujer— Suspirando, quitó algunos cabellos enredados al peine—pero no puedo evitar quererlo, no puedo evitar desearlo, querer conquistar al completo su corazón, no quiero compartir más nada por más mínimo que sea.
—alteza mi lealtad es para con usted, desde que era un pequeño bollito que no sabía que existía el mundo mi corazón siempre estuvo con usted.

Fa Xiao acarició la mano de la mujer—eres mi madre en esta vida

—No diga así alteza su madre ella...

— estaría tan agradecida contigo por tu cuidado que querría que te dijera esto—la corto Fa Xiao

La mujer mayor no podía contener casi las lágrimas, ayudo a vestir al joven y lo acompaño al cuarto donde el médico lo esperaba.

Luego de que el medico se fuera, Rab se puso de pie y meneó el rabo, ladrando hacia la puerta. Era Liu Ao, que se arrodilló para rascarle las orejas.
— Se te ve muy feliz — comentó.
— Ha sido un placer tener un momento de paz y tranquilidad — replicó Fa Xiao− desde que llegue todos me han zarandeado de un lado a otro para ver si estoy bien, la abuela derramo tantas lagrimas que pensé que iba a caer ceca en el lugar. Mi padre gritando en el medio del salón que vuelva a casa con el y golpeando a tus guardias. Una hermosa bienvenida
Liu Ao sonrió.
—estoy muy feliz de que hayas decidido quedarte a mi lado.

Domando un corazón de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora