Secretos

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Bin Yue se despertó perezosamente, Cuando abrió los ojos, vio directamente el par de ojos grises brillantes.
-No te moviste en toda la noche.
Bin Yue sonrió soñoliento. -Eso es porque estaba donde quería estar.
Zhang Tuo lo colocó sobre su cuerpo para acariciarle con los labios las sienes y los párpados.
-¿No deberías haberte ido ya? -preguntó, adormecido.
-Hoy no saldremos de este cuarto. No quiero que estemos más lejos de la cama que a tres pasos.
-Pero... ¿y el trabajo en la corte? -inquirió el joven al tiempo que se ruborizaba.
-Aquí tengo lecciones más importantes que dar.
Zhang Tuo se hizo a un lado, de modo que Bin Yue quedó boca abajo, y entonces lo montó ahorcajadas, retiró de la nuca el cabello y lo besó allí. Los labios juguetones provocaban estremecimientos en la espalda del joven, que comenzó a retorcerse de vibrante excitación. Se arqueó hacia atrás y las manos de Zhang Tuo se deslizaron por debajo. Bin Yue se dio cuenta de que sus nalgas, al moverse, se frotaban contra el miembro, que se agrandaba y endurecía.
-Mmm, práctica de espada, creo -bromeó Bin Yue.
-Hoy practicaremos cómo envainar la espada.-Acarició con suavidad las nalgas e introdujo los dedos en la
hendidura para excitarlo.
Bin Yue se sorprendía de las sensaciones que comenzaban a crecer. Era como si unos hilos de fuego se conectaran desde las nalgas hacia la parte delantera de su cuerpo, y se prolongaran por el vientre hasta los pezones vibrantes. Cuando comenzó a jadear con deseo ferviente, Zhang Tuo murmuró:
-Ponte de rodillas.
Bin Yue estaba tan excitado que podía someterse a cualquier deseo, confiado en que él le daría un placer desconocido.
Zhang Tuo arqueó el enorme cuerpo sobre el de el y lo penetró por detrás, los músculos de Bin Yue se contrajeron alrededor del falo, para hacerlo entrar más hondo. Él se detuvo para que Bin Yue se acostumbrara a la nueva sensación de posesión. Cuando comenzó a embestir, el menor enseguida gritó de placer. El pene se deslizaba más profundo hacia delante y frotaba la próstata con un ritmo suave que lo llevaba a excitarse con rapidez. Se
sentía salvajemente desinhibido. Bin Yue se arqueó para amoldarse a la curva de su cuerpo flexible, para que él lo llenara con sus fuertes embestidas. Llegó a tal punto de placer que arañó la colcha al pensar que su necesidad quedaría insatisfecha. Entonces Zhang Tuo le mordió la nuca y alcanzó el orgasmo con una erupción que le hizo temblar hasta los dedos de los pies.
En el instante en que sintió que Bin Yue se contraía alrededor del miembro, el gemelo estalló dentro de el. Luego bajó, se tendió a su lado y lo atrajo hacia sí hasta que ambos quedaron de costado, sintiendo el pequeño instante de muerte que siempre sigue a una magnífica copulación. Cuando Bin Yue fue capaz de pensar con coherencia, dijo:
- ¿hoy no te echarán de menos en la corte?
-Enviaré un mensaje diciéndoles que estoy escribiendo un informe para el emperador.
Cuando un sirviente les llevó el desayuno, le incomodó tener que molestarlos con algo tan mundano como la comida, pero Zhang Tuo, desnudo, declaró que se hallaba famélico y aprovechó para enviar un mensaje a su hermano. El sirviente se esforzó por desviar la mirada de la cama, donde Bin Yue se hallaba sentado y tapado con la colcha hasta el mentón.
Zhang Tuo llevó la bandeja a la cama, la depositó entre ambos y procedió a alimentar a Bin Yue, haciéndole probar todos los manjares.
-Tu comida es la mejor que he probado en mi vida. Mi padre sería capaz de matar con tal de tener a tus cocineros.
-Entonces estaríamos en guerra, como sabes el principal creador de los manjares es Fa Xiao -dijo Zhang Tuo mientras bebía de una copa de aguamiel.
-Si lo se, es por eso que no le he dicho nada de esto a mi padre. El muy gordo no le importaría arrancar una guerra solo por comida.
Zhang Tuo levantó una ceja en gesto burlón.
-Tu has migrado aquí solo por la comida
-Casi, pero no del todo -bromeó Bin Yue al tiempo que aceptaba la copa y bebía del mismo lado que él.
-príncipe,¿ ha pensado en las consecuencias de esta relación? -inquirió Zhang Tuo.
- si hay demasiados problemas, bien puedo renunciar a mi estatus y ser tu esposo.
-No podrías hacer eso, eres el heredero de tu padre.
-tengo mas hermanos- Bin Yue hizo un gesto con la mano como cerrando el asunto.
-Algún día tendremos que hacer frente al asunto, no puedes seguir viviendo en una nube por siempre..
-Pero no hoy- Bin Yue lo beso- tomemos un baño y vistámonos, Fa Xiao va a llevarme a la tienda de las lociones que tanto te gustan y tienes trabajo con tu emperador.
Zhang Tuo gruño, no le gustaba dejar el capullo de placer, pero era cierto que no podía tomarse un día entero libre.

Domando un corazón de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora