Interrogatorio

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Fa Xiao acorraló a Liu Ao en la habitación siguiente.
—¿Por qué Bao Yi está actuando de forma tan irracional? —preguntó a media voz, sabedor de que tenía un agudo sentido del oído.
Su esposo sonrió y Fa Xiao sintió que se le encogía el estómago. La reacción aún era nueva para el, todavía poderosa. Se preguntó si alguna vez llegaría a acostumbrarse; tenía la impresión de que no, no cuando estaba casado con aquel hombre.
Una expresión de absoluta satisfacción apareció en la sonrisa de Liu Ao, dejando entrever a Fa Xiao que sabía lo susceptible que era a él.
—Yo no puedo leer la mente cerdito

—Es una victima de abuso Liu Ao, no se le puede exigir mas contacto del que permite dar, los ataques severos llevan a personas a arrancarse sus cabellos sin control.

—Bao Yi le enseñara a controlarlo

—Malditos sean que no pueden entenderlo— Fa Xiao estaba realmente furioso con su esposo por su falta de empatía—voy a tomarlo bajo mi cuidado y si llegan a hacer que lo pase mal van a pagarlo

—No puedes tomarlo, ¿qué pasa si está mintiendo? ¿Qué pasaría si es un espía y actúa?

—Mi instinto dice que no, y no me equivoco con eso. Mira te dije que Yan Xilien era una mujer que necesitaba de nuestra ayuda, pero no me creíste hasta que Zhang Di vino a decírtelo.

El tema de Yan Xilien era un tema complicado para Liu Ao como emperador, haber sido engañado por años por una de las familias militares mas importantes era inadmisible. De no ser por los pedidos de su esposo y Zhang Di ya habría echo decapitar a la familia entera, pero sin embargo tenía que fingir que no lo sabia hasta que su amigo encuentre una forma de ayudar a la joven.

—No vas a adoptarlo—Liu Ao uso un tono que no daba pie a replica—estoy cansado de lo que adoptas, ese viejo que dice ser tu abuelo ya casi no me respeta como su emperador y todo por tu protección.

—claro que voy a hacerlo, y vas a ayudarme a protegerlo.

Bao YI sintió que el joven que tenía en brazos volvía en sí. El abrió los ojos casi de inmediato.
—Respira hondo —le indicó en cuanto notó que se quedaba paralizado—. Si te desmayas tendremos que pasar de nuevo por esto.
—Por favor, suéltame.
El tono de su voz no reflejaba vulnerabilidad alguna, nada que delatase su estado emocional. Frunciendo el ceño porque quería continuar sujetándolo, permitió que Lin Pixie se incorporase en su regazo. Cuando el empujó su brazo, Bao Yi lo retiró para que pudiera levantarse.
Lin Pixie se frotó las manos sobre los pantalones.
—¿Dónde está Fa Xiao?
—Estoy aquí. ─- el aludido salió de la cocina y le entregó al joven un vaso de agua—. Bebe.

Lin Pixie lo hizo sin poner objeciones, luego dejó el vaso encima de la mesa situada delante del sillón. Bao Yi observó y esperó mientras el buscaba con la mirada un lugar donde sentarse. Liu Ao había ocupado la butaca y atrajo a Fa Xiao para sentarlo sobre sus muslos. Lin Pixie no tenía otra opción que sentarse a su lado o en una butaca al fondo de la habitación. Optó por la alternativa más sensata, pero intentó poner tanta distancia entre ellos como le fue posible.
—¿Qué tal te encuentras? —preguntó Fa Xiao.
—Bien. Pero te ruego que les digas que no me toquen. No tengo la capacidad para procesar tal estímulo.
Bao Yi le pasó un dedo por la mejilla y él se giró rápidamente para taladrarle con la mirada.
—He dicho que no me toques.
—Cuando nos conocimos me advertiste que te romperías en pedazos solo con que te rozara. —Enarcó una ceja—. Ahora puedes soportarlo.
El joven le miró fijamente.
—Estás diciendo que me estás insensibilizando.
—No, pelirrojo. Te estoy sensibilizando.
Lin Pixie miró aquellos ojos felinos y se maravilló con la intensidad que vio en ellos.
—No te entiendo.
Esbozando una sonrisa, Bao Yi se recostó y estiró el brazo a lo largo del respaldo del sillón. El Joven se dio cuenta de que si apoyaba la cabeza, los dedos del hombre le tocarían el cabello. Se inclino hacia delante cuando comenzó a hablar.
—quiero poner fin a mi vida como fugitivo, deseo que mi hijo pueda crecer de forma normal.
—¿Por qué piensas que nosotros podemos ayudarte? —preguntó Bao Yi.
Lin Pixie trató de pensar a pesar de ser consciente de la presencia del hombre que se encontraba a su lado. Él había decidido actuar de modo civilizado, pero eso podía cambiar en el momento menos pensado; tenía que llevar a término la tarea que se había impuesto antes de que se comportara de nuevo en peligro.
—No sé si pueden hacerlo. Lo único que sé es lo que ya les he dicho... que no me entregaran al hombre que me persigue.
—¿Cómo sabes que tenemos a tu niño aquí?
—el niño que dejaste a cargo del viejo doctor de montaña me contó como los rescataste a ambos y como seguiste adelante llevándote a mi Lin Tao. No sabía cuál era tu nombre, pero el hombre que dejaste a su cuidado me lo dijo luego de rogarle demasiado. — en realidad no se lo había dicho de forma voluntaria, tuvo que drogar al hombre y revisarlo para sacarle la información—. Comencé mi viaje enseguida y cuando llegue descubrí que no iba a ser sencillo llevármelo sin que nadie lo note así que pase dos semanas observando todo el lugar.
Unos dedos se deslizaron por su cabello y Lin Pixie se percató de que se había echado hacia atrás sin ser consciente de ello.
—A mí todavía no me convence, hay muchas cosas que no están claras en tu historia —dijo Bao Yi
—claro que no voy a contarte mi vida entera con lujos de detalles, eres un extraño que a mi ver retiene a mi hijo sin dejármelo ver. Solo estoy contando los hechos que me llevan a pedirle ayuda a su alteza Fa Xiao.
Lin Pixie se apartó y ladeó la cabeza para enfrentarse a él. Los ojos de aquel hombre lo observaban con tal intensidad que se sintió como si lo estuviera desnudando con la mirada.
—Entonces, ¿cómo esperas que te creamos si no sueltas toda la verdad?
— lo que hace a mi vida antes de mi hijo no tiene que ver con lo que estoy haciendo ahora.
Un levísimo asomo de sonrisa danzó en los labios de Bao Yi.
—cariño, no vamos brindarte nada hasta que nos convenzas de lo que dices es cierto.
—Traigan a mi hijo, él les dirá si lo que digo es cierto o no.
Cuando sintió que Bao Yi introducía de nuevo las yemas de los dedos en su cabello, Lin Pixie no se movió ni rompió el contacto. Esperaba que si le permitía ese mínimo roce iba a sumar puntos para poder llevarse a su hijo.
—Voy a mandar a buscar al niño, debe de estar dormido, pero hare que lo traigan—Fa Xiao apoyó la cabeza en el hombro de su esposo, con la frente fruncida a causa de la concentración. Para evitar seguir siendo tocado Lin Pixie le agradeció.
—muchísimas gracias alteza, si no desea ayudar en mas solo le pediría que nos deje partir cuanto antes y que nunca se sepa que estuvimos aquí.
La mano de Bao YI se deslizó bajo su cabello para cubrirle la nuca. El menor se sobresaltó—Por favor para —dijo muy, muy, bajito, enfrentándose a su mirada.
Por lo que sabía, su actual inmunidad al intenso calor de la mano de Bao Yi estaba provocada por la adrenalina. Cuando la inevitable se produjera, el ataque sería mucho peor de lo que habría sido si no se hubiera presionado tanto.
—te estoy enseñando a manejarlo —dijo en voz igualmente queda, y con una expresión en los ojos que el joven fue incapaz de descifrar. Tal vez fuera un desafío. Optando por la prudencia, centró de nuevo la atención en Fa Xiao.
— tiene que creer que jamás le haré daño a nadie y daría mi vida por mi hijo, solo tenemos que escondernos de su padre un tiempo más hasta que tengamos el dinero para abandonar el imperio.

Domando un corazón de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora