volumen 5 capitulo 68

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Después de unas horas de la reunión que tuvieron los comandantes en la que se hablo sobre la carta que el emperador del imperio Flamee había enviado para permitir el regreso de las tropas de Samay a la capital y sobre la inesperada información que recibieron por parte de los soldados con respecto al recién creado reino Orbis y sobre la guerra del imperio Leville con el ex reino Elfo, ahora con la nueva orden que Samay había dado para volver a la capital con todos los carruajes de los soldados que se estaban preparando en la parte trasera de la casa del noble Feudal para volver a la capital, también Samay dejo a varios soldados con el comandante Luis y Kono para proteger la ciudad por si algo ocurría. Estos soldados y generales que se iban a quedar en la ciudad tenían que esperar a que Samay le avisara a su majestad de su vuelta para que enviaran un escuadrón del ejercito imperial para que ayudara con la reconstrucción de algunas casas, algunas partes de la muralla y para ofrecerles protección hasta que todo se haya calmado con respecto a la guerra recién sucedida…

XXX

Samay se encontraba en la parte trasera de la casa noble ayudando a cargar a los muertos y suministros para su partida a la capital.


-Señora Samay usted no tendría porque estar haciendo esto -Dijo Belia mientras ayudaba a cargar los suministros y los cuerpos de los muertos.
-No te preocupes, después de todo yo soy la responsable de sus muertes, además quiero llevar y sentir los cuerpos de las personas que lucharon junto a mi a pesar de no poder hacerle frente al general Blofebus y a su gigantesco barco -Habia dicho la general Samay deprimida.
-No diga eso señora Samay, ya que usted sufrió también.
Luego de que Belia dijera esto Leticia interrumpe diciendo…
-No te preocupes señora Samay, después  de todo era imposible pelear contra seres con tanto poder como ellos y si es cierto lo que hicieron en la guerra de el imperio Leville contra el ex reino elfo, entonces son un reino con mucho poder.
-Gracias chicas por consentirme, pero hay un problema.
-Yo di la orden de atacar al barco sin saber sus intenciones y mientras peleaba contra el general Blofebus el me dijo que las intenciones de su pais eran hacer buenas relaciones con sus alrededores, pero cuándo me arrepentí de dar la orden de que los atacaran el dijo que para poder perdonarnos tendríamos que dar nuestras vidas o algo parecido.
-El general Blofebus dijo que solo se enojo porque le disparamos a su precioso barco que dijo que le fue entregado por su rey.
-Como puede enojarse solo por eso -Habia dicho Belia mientras se mostraba descontenta por el motivo por el cual se comenzó la pequeña batalla en la ciudad Miurant.
-Maldición, cada vez que pienso en esa lucha me duele la cabeza.
-Mejor terminemos aquí, así ya nos podremos marchar de esta ciudad y poder informar al emperador sobre estas nuevas noticias -Dijo Leticia de manera alegré.
-Estoy de acuerdo -Dijo Belia.
-Yo también lo estoy, y por favor podrían dejar de llamarme señora, me hacen ver como si fuera vieja cuando en realidad solo tengo veintiséis años -Dijo Samay molesta.
-Como usted diga señora Samay.
-¡Leticiana! ¡Deja de molestar a la señora Samay!
-Viste Belia, tu también lo has hecho.
-A que te refieres Leticia.
-Chica tonta, me refiero a que también la llamaste señora.
-Ahahahahahahhahah.
-Perdóneme señora Samay…
-Lo volviste a hacer Belia -Dijo Leticia mientras no paraba de reírse de lo torpe que era Belia.
-Esta bien, te perdono, pero no me vuelvas a llamar señora Samay, llámenme Samay o Sami, pero sin el señora. ¡Entendido!
-Tu deja de molestar a tu sub comandante
-Esta bien.
-Gracias señora Samay por perdonarme.
-Gohohoogogog perdóneme, me pasa por la costumbre.
Leticia no paraba de reírse de lo despistada que era Belia y Samay se llevaba las manos a la cabeza en señal de sentirse molesta porque Belia no podia decir su nombre sin agregar el señora.
Luego de esto los soldados de cada carruaje empezaron a gritar…
-Señora Samay, por este lado ya estamos listos para partir.
-Por acá también señora.
-Por este lado también lo estamos señora.
-¡Malditos! -Grito Samay.
Todos estaban sorprendidos y desconcertado porque no entendían el porque del enojo de la general.
-¡Dejen de llamarme señora!
8-¡Soy incluso menor que alguno de ustedes y dos años mayor que otros!
-¡Dejen de decirme señoraaaa!
Todo esto habia gritado Samay y de esta manera habia dejado a los soldados muy asustados que solo pudieron decir…
-Perdónenos señora…
-Ohohohoho
-¡Malditos! ¡Acaso se burlan de su general!
Luego de esta súper pelea de diálogos entre los soldados y Samay, la general y sus dos comandantes decidieron entrar a su carruaje que estaba muy decorado por fuera con plata y por dentro habían varios asientos y además las paredes de dentro del carruaje estaban tapizadas por un color rojo que encima de este color habia varios escudos dibujados de la casa noble Brather.
Todos los soldados que volvían a la capital eran los que estaban heridos, los muertos que iban adentro de las demás carrozas y los soldados en buen estado iban por los costados de las carrozas para proteger a Samay y a los demás, los soldados que volvían eran unos 280 aproximadamente y los que se habían quedado eran unos 250 junto a los otros dos generales, en total había diez carrozas que volvían a la capital del imperio Flamee.

Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora