Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo 1

volumen 8: Capitulo 196

Lydia no contiene su sorpresa y dice de manera inconsciente y alterada “¡Maldición! Parece que no llegamos a detener a la iglesia antes de que causara todo.”
Samay se muerde los labios y le da la orden de que todos la sigan y luego de que los presentes le hicieran caso y salieran de la mansión, ellas se encuentran con una escena sorprendente en frente de sus ojos y en frente de la mansión de Samay.
Todos se quedaron paralizados ante lo que tenían en frente.
Ellos veían como los nobles y plebeyos corrían de un lado a otro porque los seguía una manada de Goblins o porque tenían pegado a sus talones una bestia salvaje. Samay y compañía también vieron como Demi-humanos, no muertos, Humanos y otro montón de seres perseguían a cualquiera que se encontrara en la calle y esto lo hacían con intensiones asesinas.
A ellos los sorprendió también ver como había fuego por algunos lados y a lo lejos se podía notar el humo que salían de algunas casas que aún seguían incendiándose.
De repente, ellos nuevamente se vuelven a sorprender, pero esta vez de una manera mucho más terrorífica y que los paralizo aún más.
“¡¿Qué se supone que son esas dos cosas verdes con formas humanas subidas a las murallas de nuestro imperio?!.”
Dijo Sista muy asustado y con los ojos a punto de llorar por la escena que estaba viendo de toda la ciudad.
Samay muy sorprendida al notar a esos dos individuos gigantes, traga saliva y dice muy asustada, alterada y preocupada.
“Creo que esos individuos verdes son los ogros que mató Zero en el bosque de las Driades o al menos eso creo.”
Había dicho con una voz temblorosa.
Lydia al ver a un montón de personas muertas en las calles con algunas de las partes de sus cuerpos faltantes y con varios niños y niñas corriendo de monstruos que los estaban a punto de asesinar, ella no puede evitar meditar de manera tranquila y sorprendida…
“Cuando invadíamos un país, ya sea grande o pequeño, esta era la misma escena que veíamos. Sin embargo, esto es mucho más realista. Bueno, después de todo estamos en un mundo distinto y no en juego como lo estaba antes.~
~Me sorprendió bastante ver esta escena apocalíptica, pero no siento miedo ni preocupación por lo que tengo en frente mío en estos momentos.~
~Ahhhh, parece que Stelaris literalmente cambió mi forma de ver y pensar las cosas, ¡o lo que cambió mi cabeza fue este mundo medieval de magia y espadas!.~
~Bueno, mejor dejo estos pensamientos y me pongo manos a la ob...~
En el momento, ella es interrumpida por las palabras de Samay, que luego de estar por un momento paralizada al ver como la ciudad era destrozada y como sus ciudadanos eran asesinados de las maneras más horrendas posibles, ella grita muy seria con un rostro y tono muy enojado…
“¡Ejército personal de la casa Brather!.”
Llama la atención de sus generales y soldados que se encontraban detrás de ella protegiéndola y viendo lo que también sucedía frente a sus ojos.
Una vez escucharon el llamado de atención de su ama, ellos se pusieron firmes y golpearon fuertemente el piso con la partes de sus armaduras que tenían en los pies.
Mientras ellos hacían esto, los ruidos de sus armaduras se escuchaban de manera muy fuerte e imponente a los oídos de los demás.
Seguido de haber escuchado ese ruido de armaduras, Samay nota que sus soldados están listos y esperando a sus ordenes con toda la determinación del mundo.
“¡Somos soldados del imperio Flamee! Y nuestro deber es proteger al pueblo de nuestro reino ante cualquier amenaza, así que como noble de este reino y líder de los Brather ¡Les doy la orden de acabar con todos esos malditos monstruos, Humanos y Demi-humanos, que están siendo controlados para dañar a nuestro país!.”
Ante esas palabras, los soldados de la familia Brather que estaban detrás de Samay, comienzan a gritar y entre grandes gritos motivadores y potentes, empiezan a correr hacia afuera de la zona de la mansión para dar inicio a el enfrentamiento con sus enemigos.
Luego de ver a sus soldados correr hacia el frente contra sus enemigos, ella gira su cabeza hacia donde estaban los tres hermanos y dice “Bueno, parece que yo y mis soldados tenemos trabajo.”
Ella sonríe.
“Reúnanse con Zero y acaben con esos malditos ogros y con el que se encuentren en el cami…”
Ella es interrumpida por un fuerte rugido que provenía de un ser volador que se había asentado en una casa que se encontraba en frente pero lejos de la posición en donde ellos estaban.
Samay hecha un suspiro agotador con una sonrisa y mientras mira al dragón mediano con gran emoción y excitación, la ex general dice a lo alto y muy motivada a pesar de disimular su cansancio “Ah, más trabajo. ¡Que divertido!.”
“Como dije, vayan con Zero y acaben con esos ogros.”
“Yo y mis soldados tenemos planeado encargarnos de los individuos contralados que se encuentran cerca de esta zona. Además, me dieron antojos de cazar un dragón volador.”
Había dicho ella entre risas la bella mujer

XXX

Unos minutos después ellos se encontraban corriendo por las calles de la capital imperial con sus espadas enfundadas a pesar de tener un montón de individuos o seres a los alrededores que se encontraban matando a otras personas o tratando de romper las puertas de las casas.
El motivo de llevar las espadas enfundadas, era claro.
Los tres hermanos tenían gran confianza debido a que iban muy rápido para ser atrapados y de esta manera dejaban a los seres controlados por la iglesia detrás de ellos.
Sin embargo, mientras los tres corrían hacia las murallas en donde estaban los dos ogros quietos o más bien paralizados, Lydia no podía dejar de pensar en las últimas palabras que Samay les dijo cuando partieron hacia donde ahora estaban yendo…
(Samay) “Vayan con Zero y encuentren a esos ogros. Zero de seguro se encuentra batallando en medio de la ciudad contra algunos individuos. Además, creo que Zero es la única persona que puede acabar con esos ogros gigantes, después de todo fue el quien los venció primero y cuando lo hizo se enfrentó a cinco y no a dos como ahora.”
“Estoy bastante segura que dos no son nada contra él.”
Después de que Samay dijera todo esto de manera tranquila y entre risas, ella cambio su gesto a uno serio y preocupado para decirle a los tres hermanos las siguientes palabras…
“En caso de que perdamos contra la iglesia en la capital, entonces nos iremos y reuniremos en Litalica, ya que desde ese lugar podemos planear una contra ofensiva y la ciudad Ovetun no es para nada confiable en estos momentos y Miurant no tiene ni protección o al menos eso creo.
Lydia tras pensar en todas estas cosas que Samay les había dicho en su partida a las murallas, ella medita un montón de cosas y lo hace de manera muy emocionada y feliz, ya que desde que vio ese escenario apocalíptico que muy seguido sucedía en el juego Stelaris, Lydia comenzó a sentir esa emoción, excitación y alegría que el anterior día tuvo cuando luchó junto con sus hermanos contra los asesinos de la iglesia en su mansión.
Sin embargo, estos pensamientos fueron interrumpidos cuando ella vio caer algo desde el cielo. Bueno, mas que verlo, fue un pequeño reflejo.
Como si una copa de nieve callera sola y diera un pequeño brillo mientras cae hacia el suelo.
Al instante de notar este brillo, ella rápidamente aumenta su visión y hace un círculo con sus dedos para mira hacia donde había visto este brillo que parecía caer del cielo.
Cuando ella visualiza con su mano el lugar en el que había visto ese reflejo, ella nota a la perfección un cuerpo humano caer, pero debido a la distancia a la que estaba, ella solo nota el cuerpo caer pero de manera muy borrosa. Sin embargo, Lydia sabía perfectamente que no había otra persona que podía hacer semejante locura con esas estadísticas de Player.
Por lo que rápidamente supo que este, era Zero. Además, a pesar de que se viera borroso, ella notó con facilidad el cabello ceniza de Zero o mejor dicho de Yossu.
Al visualizar y ya saber que esta persona era Zero cayendo desde algún lado que ella desconocía, Lydia no contiene su sonrisa y dice…
“Parece que podemos salvar la capital jajaj.”
Tras decir esto, su hermano desde en medio de ambas hermanas, le grita con un rostro alterado al igual que sus palabras y estirando su brazo a Lydia mientras gritaba esto “¡Cuidado al lado tuyo!.”