volumen 5 capitulo 104

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-Por cierto, querida hermana, ¿Por qué quieres ayudar a la general Samay? -Dijo con una sonrisa falsa y con un tono que parecía un poco diabólico.
-Solo me causo interés, además, si nos hacemos compañeros podremos obtener más apoyo y poder.
°°°Bien, ¿Cuál será su respuesta? ¿Elegirán que su hermana menor se les una a cambio de que no tengo ventajas que darles o eso es lo que piensan ellos, ya que no soy la anterior Lydia o ¿Me ignoraran por no serviles de nada y porque no tienen pensado relacionarse conmigo?°°°
°°°Sinceramente no me opongo a que mi hermana quiera ayudar a Samay, además voy a poder estar junto a la antigua General a la cual admiro, es una gran idea tratar de crear relaciones apartadas de la familia Brizhan con la familia Brather y cuando sea el líder de la familia, voy a poder entablar un lazo estable y de confianza con los Brather y quien sabe, capaz termine comprometiéndome con la general, eso seria lo mejor del mundo, solo espero que la general no tenga ningún amante o alguna relación amorosa con alguien°°° ~Pensaba Michael con un rostro muy contento.
-Porque de repente Michael esta pensando mucho desde que mencionamos a Samay -Dijo en un tono preocupado Sista.
-Tienes razón, esto es demasiado sospechoso -Había dicho Lydia mientras se imaginaba lo que puede que Michael este pensando.
-Pueden dejar de mirarme de esa manera como si quisieran saber lo que estoy pensando -Había dicho Michael en el tono serio de siempre, mientras que miraba las caras intrigadas que tenían sus dos hermanas.
°°°Espero que Michael no este pensando en no aceptar la ayuda a Samay, ya que si es el caso, entonces prefiero apoyar a Samay que estar con Michael, además si ambos se unen, podemos estar juntos y aumentar nuestra relación como hermanos, espero que elija apoyarme°°°
-Bueno, hermano, entonces que dices sobre lo que te pedí a cambio de ayudarte -Dijo Lydia en un tono con poca confianza.
-Ahahaha esta bien, acepto y me alegra que podamos contar contigo, hermanita -Decía Michael muy avergonzado de sus palabras.
Luego de esto Michael mira a su hermana Sista que se encontraba en medio de él y Lydia, pero cuando se fijo parecía tener un rostro de preocupada y por esta razón Michael le dice a su hermana Sista…
-¿Acaso no estas de acuerda con ayudar a los Brather a cambio de que nos ayuden?
-No es eso, pero el problema es que ambas familias nos llevamos mal y además padre Jamas aprobara que nos aliemos con la familia Brather -Dijo muy preocupa Sista.
-Tienes razón, pero si lo hacemos sin que se enteren, es otra cosa, además parece que nuestros hermanastros están haciendo varias cosas sin consultar a nuestros padres, entonces, ¿Por qué no hacerlo nosotros?
-Ahahaha esta bien, si no hacemos algo, puede que los hermanastros se nos adelanten y tomen el control de la casa y no quiero que los hijos de una concubina se hagan cargo de nuestra familia -Había dicho con una gran sonrisa Sista.
-Estoy muy agradecido de que me apoyes hermanita -Había dicho Michael con una sonrisa muy rara de ver y mientras acariciaba la cabeza de ambas hermanas.
-Oye, oye, ¿que te sucede? -Dijo Sista.
-Es raro que alguien que me odie me este acariciando -Dijo Lydia.
-Ahahahahah, no se preocupen, ustedes son mis hermanas, además lo de aliarse con los Brather es una gran idea -Decía con una sonrisa que sorprendía y encandilaba a sus hermanas.
-Ahahaha, deja de sonreír de esa manera que me encandilas Michael -Dijo Lydia.
-Pero es un gran momento, mi hermanita que no sabe hacer nada, ahora dio una gran idea que es muy importante para mi.
-¿Por qué me siento como si Michael estuviera más feliz por la idea que por que haya sido yo la que la dijo?
-Esta bien, no te preocupes Lydia, después de todo es raro ver a Michael sonreír asi.
-Por esta vez lo dejo pasar, pero no me confió de esa sonrisa deslumbrante.
°°°Maldición es tan buena esa sonrisa que es imposible verla de tan cerca°°°

XXX

Mientras tanto en la sala del trono del imperio Flamee…


El emperador Adeben se encontraba en su trono majestuoso divirtiéndose y tocándole los pechos a las dos preciosas mujeres que tenía encima, además entre los tres se daban besos muy apasionados y mientras tanto Adeben aprovechaba para tocar otras zonas más intimas, todo esto mientras sus dos esposas e hijos estaban a un costado  del trono quietos y sin entender porque seguían en la sala del trono.
-Es imposible seguir viendo como nuestro esposo se esta divirtiendo con dos mujeres que no son sus esposas, además nos hizo pasar mucha vergüenza en frente de todos los demás nobles, es inaceptable que un emperador se comporte de esa manera -Había dicho la emperatriz Amorest mientras su largo cabello rubio se revoloteaba por todos lados.
-Tienes razón, emperatriz Amorest, fue horrible sentir la vergüenza que pasamos en frente de todos esos nobles de este imperio, mientras que todos veían como el emperador se divertía con mujeres que no son sus esposas en medio de una importante reunión, además, no se comporta como un emperador lo tendría que hacer -Dijo Zeltia la concubina del emperador.
-Si -Dijo de manera pensativa la emperatriz.
-Al menos tenemos una forma de salir gracias a esa persona y parece que ya descubrieron ese reino -Dijo en voz baja Amorest y con una sonrisa de felicidad.
-Es verdad, solo tenemos que brindarle información y cuando llegue el momento él nos sacara de acá -Había dicho Zeltia con mucha felicidad.
-Por cierto, Zeltia, no estaría mejor que volvieras al imperio de Tursan en donde eres una princesa.
-Claro que no, si fuera de vuelta al imperio Tursan, entonces me enviarían de vuelta aquí y tendría que seguir pasando por estas humillaciones y con un esposo que no vale la pena, ¿Entiendes?
-Entiendo, es por eso que para nuestro bienestar y el de nuestros hijos, la mejor forma de sobrevivir y mantenernos en un buen lugar y con buena salud, fue aceptando la propuesta de él, además parecía una buena persona y todo salió como él lo dijo, eso quiere decir que no mentía -Había dicho Amorest con una gran sonrisa de felicidad.
-Concuerdo, ahora solo tenemos que esperar un poco para que podamos salir de este lugar.
Luego de que la emperatriz y la concubina estuvieran hablando durante varios minutos, la esposa principal decidió preguntarle al emperador en un tono muy serio y digno de la emperatriz “¿Por qué seguimos en la sala del trono, su eminencia?”
-¿Quién te dio permiso para hablar? -Dijo el emperador en un tono muy serio y arrogante.
-Creo recordarle que soy la emperatriz.
-Esta bien, es por esa razón que me pareces una aburrida y una molestia, ah, esto tambien va para la concubina del imperio Tursan -Había dicho el emperador mientras hacía gemir a las dos mujeres que tenía en su regazo.
-¿Podría responderme eminencia? -Pregunto enojada tras ver como el emperador besaba de manera apasionada a las dos mujeres y mientras movía para un lado y para otro los pechos de ambas.
Ambas mujeres que se encontraban en el regazo del emperador no paraban de gemir y de estarce tocando por lo excitadas que estaban, esto molestaba mucho a la emperatriz, porque ella trataba de hablarle y él hacía que no la escuchaba por los gemidos que provocaban estas dos.
-Su eminencia, escúcheme…
-Su eminencia, podría escucharme..
La cabeza de la emperatriz estaba por explotar por lo enojada que estaba con su esposo, bueno, si es que a eso se lo puede llamar un esposo.
-Esta bien, dime lo que quieres.
-Solo deseo preguntarle a su eminencia ¿Por qué seguimos en la sala del trono?
-Bueno, en realidad estoy esperando a dos personas importantes que me tienen que decir un par de cosas.
-¿Quienes son esas personas importante? -Pregunto muy curiosa la emperatriz, mientras que la concubina de reojo miraba al emperador para escuchar quienes eran esas dos personas importante con las que tenía que hablar.
Ambas esposas estaban atentas a cualquier información que el emperador soltara, ya que esta información les serviría para contársela a la persona que prometió sacarlas del imperio Flamee.
Cuando la emperatriz termino de preguntar “Quienes eran esas personas” se escucho a un soldado decir desde las puertas “Su eminencia, parece que sus invitados están aquí” “¿Los dejo pasar?”
-¡Claro que si!
Cuando los invitados entraron, la emperatriz y la concubina se sorprendieron al ver quienes eran estos dos invitados.

Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora