Capítulo 37

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Narra Zulema:

Faltaban segundos, y yo estaba que se me salía el corazón, nunca había estado tan nerviosa.

D: tres, dos, uno...

En ese momento el dj ordenó que pusiese la sorpresa.

La verdad es que había quedado mejor de lo que esperaba, eran unos fuegos artificiales que ponían:

"felicidades puta rubia"

La cara de Maca era todo un poema, estaba con la boca abierta, una mano en su frente, y juro que un lágrima cayendo por su mejilla.

M: Zulema...esto...- no dije nada más, me abracé a ella sin importarme demasiado si me iba a devolver el abrazo, pero lo hizo- ¿esto es enserio?
Z:¿te gusta?
M: es el mejor regalo que me han hecho por mi cumpleaños
Z: y te lo he hecho yo, flipo- reí -
M: enserio gracias, es que no sé qué decir
Z: no hace falta que digas nada
M: me ha encantado
Z: rubia
M: dime
Z: eres un año más vieja
M: que cabrona- me reí -

Le había encantado, y me había quitado un peso de encima, pasamos unos minutos en la pista hasta que la rubia se fue a la barra a por otra bebida, miré el reloj y justo en ese momento se puso a hablar el dj.

D:y aquí lo segundo de la noche, ¡el apagón!

En ese momento todo se apagó, no se veía nada, lo único que lograba ver era el reflejo de las cadenas de mis pantalones, empecé a andar hacia la barra hasta que me choqué con alguien, no sé cómo, pero nos empezamos a besar como si se nos llevara la vida en ello, entonces se le cayó un mechón de su pelo en mi cara, era una mujer, era rub... espera, era la puta rubia, no puede ser, me había besado con la rubia, me besó una última vez y de repente de separó de mí y me quedé sola, pasaron unos segundo y la luz volvió, la rubia estaba pidiendo su bebida en la barra, tan normal, no iba a mencionar nada, con suerte ella no me había reconocido, en el fondo ese beso me había gustado, pero no lo voy a reconocer, seguro que para ella era una simple tontería y se reiría de mí.

Narra Macarena:

Estaba flipando, Zulema sabía la fecha de mi cumpleaños, y no solo eso, me había hecho un regalo, unos putos fuegos artificiales felicitándome, es que no me lo creo, el regalo me ha encantado, sigo sin poder creer lo que acaba de pasar, ¿Zulema me había hecho un regalo?, no voy a negar que me había hecho mucha ilusión pero me resultaba raro este comportamiento en ella, no le quise dar más vueltas y me fui a pedir dos bebidas a la barra.

Cuando me quise dar cuenta, ocurrió el apagón y lo único que pude ver fue el reflejo de algo brillante, y me dirigí hacia allí, me choqué sin querer y sin saber por qué, me estaba besando con esa persona, estaba intentando averiguar de quién se trataba, lo único que pude notar, fue que lo que había visto anteriormente que brillaba, era de unas cadenas que llevaba esta persona en el pantalón, pero no supe nada más, me separé y me fui a la barra para continuar pidiendo las bebidas.

Cuando acabó el apagón, busqué a Zulema y me fui con ella, estaba rara.

M:¿te pasa algo?
Z: nada rubia, que me has dejado sola y me había desubicado- dije mientras reía nerviosamente -
M: bueno, yo estaba en la barra pidiendo
Z: ¿seguro?
M: Zulema, ¿seguro que estás bien?
Z: si rubia, vamos a la pista anda

Estuvimos un rato bailando en la pista y cuando ya no quedaba mucha gente porque estaba amaneciendo, Zulema y yo decidimos irnos al hotel, pero cuando íbamos de camino ella me frenó.

M:¿dónde vamos?
Z: sígueme, que todavía falta algo
M: ¿más?, joder Zulema, me estás sorprendiendo
Z: te va a gustar rubia

Me llevó a la playa para ver el amanecer, pero se fue no sé a donde, y cuando volvió, llevaba una bolsa blanca con cosas dentro.

M:¿qué es eso?
Z:mira lo que hay dentro

Abrí la bolsa y no me lo podía creer, se había acordado, había comprado una hamburguesa para cada una y dos porciones de tarta de queso, se había acordado de la conversación en la azotea, no pude ocultar lo emocionada que estaba.

M: gracias- dije muy emocionada -
Z: venga ahora a comer que mañana nos espera un viaje en tren

Estuvimos comiendo en silencio, viendo el amanecer, estábamos a escasos centímetros, una al lado de la otra.

Cuando terminamos, decidí preguntarle por qué se había molestado en hacer todo esto.

M:oye
Z:dime
M:nada, solo quería darte las gracias por todo esto
Z: no ha sido nada,¿te ha gustado?
M: obviamente sí, me ha encantado
Z:- se me dibujó una pequeña sonrisa ante esa contestación -
M: la verdad, no me esperaba esto para nada
Z: si te digo la verdad, yo tampoco - reí - pero ya sabes, soy impredecible
M: pues sí

Después de eso estuvimos en silencio otra vez, pero era un silencio cómodo.

M: es raro
Z:¿el qué?
M: esta sensación
Z:¿qué sensación?
M: la de sentir que no te falta nada- dije susurrando -

La verdad, no sé por qué dije eso, sería el alcohol por eso lo dije sin más, pero algo muy en el fondo de mí me decía que era verdad.

Narra Zulema:

Me quedé flipando con las palabras de la rubia, eso significaba que lo tenía todo, pero, ¿yo era parte de ese todo?, la verdad es que con esas palabras me hizo sentir muy feliz, me costaba creer que alguien que no fuese Saray disfrutara de mi presencia.

Iba a decirle que nos teníamos que ir al hotel cuando noté un peso en el hombro, se había dormido, entonces me tumbé y apoyé su cabeza en mi barriga para que por la mañana no despertásemos abrazadas, aunque a mí en el fondo me daría igual, pero quería evitar ese momento incómodo.

~

Bueno ahora sí😂, aquí tenéis el capítulo, no se si la sorpresa era para tanto o no, pero se me ocurrió porque las fallas son típicas aquí en Valencia, y bueno quería hacerlo✌🏼.

Pero recordad una cosa: después de la calma siempre viene la tormenta😬.

ZURENA {Del estadio al cielo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora