Capítulo 1(FINAL 1)

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️coged pañuelos🥺
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Narra Zulema:

Tenía que salvar a Maca, este no podía ser su final, se merecía tener una vida normal, aquella que siempre quiso, no se merece morir de esta manera, era esto o morir las dos, y no podría soportar eso.

Seguíamos corriendo y en este momento sólo me acordaba de todo lo vivido junto a ella, las tardes de barbacoas, las peleas, las bromas que nos hacíamos... todo, todo había sido bueno, me dolía tener que acabar así, sólo porque somos unas orgullosas, pero ya estaba todo hecho, no quedaba otra, me volví a girar y vi a los coches de los hombres de Ramala que ya estaban cada vez más cerca, así que me paré, frené sólo para salvarla, tenía que hacerlo, al final, iba a morir igual, era esto o el tumor, y sinceramente, prefiero esto.

Narra Macarena:

Empezamos a correr con todas nuestras fuerzas, ni siquiera yo sabía que podía correr tanto, pero tenía que ser así, los coches cada vez estaban más cerca y teníamos que conseguir subir al helicóptero, no quería dejar que le pasara nada a Zulema, teníamos que salir de aquí las dos, me da igual lo que hagamos luego, pero teníamos que lograr escapar, aunque mi mente dejó de funcionar en el momento en que la vi frenar.

M:¿qué haces?
Z: rubia, sálvate tú
M: ¿qué coño dices Zulema?, corre joder
Z: que no, ¿no te das cuenta de que nos van a pillar?, corre y sálvate tú

Ya no sabía ni lo que hacía, pero me estaba dejando llevar por la adrenalina del momento, no podía dejarla ahí tirada, no podría soportar eso.

M:- me acerqué a ella y la cogí por el cuello de la camisa - ¿estás de coña verdad?, no te pienso dojar aquí tirada
Z:- la miré, estábamos demasiado cerca -
M:- no pude más, no se ni de dónde saqué las fuerzas, pero la besé, la besé con todas las ganas que llevaba dentro, y lo que me esperaba era que me rechazase, pero no fue así, al principio se sorprendió, pero luego me correspondió el beso, ese beso que me curó todos los males que pudiese tener en ese momento, el beso que llevaba esperando tanto tiempo pero que creía imposible, pues estaba sucediendo, hubiese seguido ahí toda mi vida, en ese mismo momento, pero los hombres de Ramala cada vez estaban más cerca y teníamos que huir, me separé de ella, nos miramos, la cogí del brazo y empezamos a correr - o salimos las dos o no sale ninguna

Narra Zulema:

Todavía no era consciente de lo que acababa de pasar, ese beso, que parece que lo había estado esperando tanto tiempo, había sucedido, era real, habíamos dejado el orgullo de lado por una vez y lo habíamos conseguido, después de besarnos, empezamos a correr, ya no quedaba nada para llegar al helicóptero, pero los hombres de Ramala seguían estando cada vez más cerca, y no nos quedaban muchas posibilidades.

Llegamos al helicóptero, y me di cuenta de que ya los teníamos casi al lado, y que así el helicóptero no lograría despegar, dejé que la rubia se subiese primero, pero cuando fue a darme la mano, yo me aparté.

M:¿qué haces?
Z: salvarte
M: Zulema sube ya joder, aúm estamos a tiempo
Z: no rubia, vete tú
M: no voy a dejarte aquí
Z:- suspiré, y me armé de valor para hablar - te quiero, rubia, recuérdalo siempre
M: Zulema no me hagas esto joder- empecé a llorar y a intentar quitarme el cinturón, pero no lo conseguía -
Z: arranca ya jefe- vi como el helicóptero empezaba a despegar -
M: ¡no joder, bájame, déjame bajar, tengo que salvarla!

Me solté, finalmente logré soltarme, pero cuando quise levantar la cabeza, escuché un fuerte ruido, ese ruido no debería de haber sonado, esas balas no tendrían que haber impactado en ningún lado, porque cuando logré levantar la cabeza, vi una imagen que no se me iba a olvidar en la puta vida, Zulema en el suelo, desangrada, muerta.

Ya nada tenía sentido, había dejado morir al amor de mi vida en un puto desierto, y lo único que podía hacer era llorar, no podía parar, era inevitable, ahora me daba cuenta del tiempo perdido, tenía que haber aprovechado mejor los momentos con ella, los valoraba, sí, pero no lo suficiente, no era consciente de lo buenos que eran, y eso es lo malo, que sabemos lo que tenemos, y lo apreciamos, pero no nos damos cuenta realmente de su importancia hasta el momento en que los perdemos.

El helicóptero finalmente aterrizó, me dejó a unos cien metros de la caravana, en un descampado, ni siquiera saludé al piloto, no tenía fuerzas, me bajé como pude y fui andando hacia la caravana, no me podía creer lo que acababa de pasar, la había perdido, a ella, era ella y nadie más, nadie me ha hecho sentir lo mismo que ella, y la había perdido para siempre.
 
Llegé por fin a la caravana, lo único que me apetecía hacer era llorar, llorar y dormir para soportar todo este dolor, pero me fijé en algo que había encima de la cama, era un sobre que ponía "rubia", era la letra de Zulema, así que no lo pensé dos veces y lo abrí, era una carta.

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❤️❤️

ZURENA {Del estadio al cielo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora