Capítulo 95

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Narra Macarena:

Después de discutir con Zulema, me fui a mi habitación y no volví a salir de allí en todo lo que quedaba de dia, solo vino Goya a avisarme de que mañana nos reuniríamos en una habitación diferente para preparar las armas, pero no supe nada más de Zulema, pero tengo que aceptar que no nos queda más de dos días juntas, y me duele, pero ya no puedo hacer nada.

A la mañana siguiente me desperté sin ánimos, hoy era el último día aquí, el último atraco con ella, con el equipo, el último todo, ya no quedaba nada por hacer, era ahora o nunca, o salía muy bien, o salía muy mal, pero pase lo que pase, no me olvidaría nunca de todo lo que he vivido estos últimos años, porque la vida me ha enseñado que a veces no todo sucede como queremos, que vamos a por un objetivo pero se cruza algo o alguien y te cambia todos los esquemas, y no debemos negarnos ante eso, ha pasado y tenía que pasar, no queda otra que aceptarlo y dejar que todo fluya.

Me pasé un rato tumbada en la cama hasta que empecé a ver movimiento por fuera, supongo que eran las demás preparándose para cuando pudiesen aparecer los hombres de Ramala, así que me levanté, me vestí y me dirigí hacia la habitación junto con las demás.

Al llegar, estaban Goya y Triana recargando algunas armas, y Zulema estaba de espaldas, supongo que no me había oido llegar, porque Goya y Triana tampoco, pero se giraron y sí que me saludaron.

T: Maca buenos días
M: sí, preciosos
G: venga rubia ves a recargar aquellas armas que ya no queda ná'
Z:- me giré para ver cómo estaba, no se le veía muy bien, pero al menos está aquí, y no se ha ido, eso es lo que me tranquiliza, pero tengo que hablar con ella antes de que todo acabe -

Zulema se giró hacia mí pero no le hice caso, me puse a hacer lo que me dijo Goya lo más rápido posible para acabar con esto cuanto antes.

Cuando todas terminamos de hacer nuestras tareas, volvimos a nuestras habitaciones, cuando estaba a punto de entrar, vino Zulema por detrás y me tocó el hombro.

Z:- suspiré - ¿podemos hablar?
M:creo que está todo hablado
Z: Maca voy enserio, tenemos que hablar
M: está bien, ¿en mi habitación?
Z: vamos fuera mejor

Me llevó a una pequeña terraza con dos sillas, la verdad es que me sorprendía esta actitud de Zulema, no sabía qué esperarme.

Z: ¿te puedo pedir un favor?, me lo debes
M:- me crucé de brazos - está bien, ¿qué quieres?

Me enseñó un jarro con jabón y agua, y una toalla, me estaba pidiendo que le lavase la cabeza, de verdad que me estaba sorprendiendo,esto no era normal en ella.

M: esto sería lo último que pensaba que me ibas a pedir
Z: - me alcé de hombros -
M: ¿querías que te lavase el pelo?
Z: no- suspiré - lo que quiero es poder hablar sin mirarte a la cara
M:- ya no sabía qué decir,  me quedé un momento parada, pero luego seguí, tenía que dejarle hablar -
Z: esto... ya lo sabrás luego, pero tenía que decírtelo, sabes que no soy buena con esto, pero tenías que saberlo
M: ¿pasa algo?
Z: si, pasa... pero a lo que iba, sólo quería decirte que... aunque no lo parezca, para mi estos dos años han sido de los mejores, y que... me sentí como en casa en todo momento, siempre he tenido que huir de todos los lados, pero esto... aquí no hacía falta, y todo eso era nuevo para mí, pero no lo cambiaría, desde que me dejaste vivir en tu casa, hasta ahora, todo... en fin, que no sabes lo reconfortante que es saber que al llegar a tu casa vas a tener a alguien esperándote, o que tienes a alguien con quien compartir lo que más te gusta, y que... todos estos año no los voy a olvidar nunca
M:- no me esperaba esto, me esperaba de todo menos esto, pero era real, estaba pasando, nunca había oído a Zulema así, pero creo que las dos estábamos llorando - para mí... también ha sido muy especial, gracias por hacerme fuerte, eres la única que no me ha tratado como un bebé, si no llega a ser por tí... seguramente seguiría igual de ingenua que antes- me limpié otra lágrima -
Z: yo no te he ayudado, pero tú ya eras así, no te hace falta nadie para poder ser así
M:gracias de verdad- me limpié la lágrima que me estaba cayendo -
Z:- se me cayó una lágrima al suelo, no me quería poner sentimental pero era inevitable -
M:- vi que Zulema realmente estaba llorando, y se demasiado bien que a ella no le gusta estar de esta manera, así que intenté animar un poco esto - aunque como cocinera, eres un poco desastre la verdad- le tiré la toalla a la cabeza y me sequé las lágrimas -
Z:- me levanté y me senté enfrente - y tú... roncas por las noches
M: eso es mentira
Z: es verdad, haces soniditos así- la imité -
M: ¿me miras cuando duermo?
Z: no, pero se oye, pareces una ardilla
M:- reí - y tú ocupas toda la cama
Z: eres tú la que gastas dos cojines para dormir, yo estoy siempre en una esquina- le tiré la toalla-
M:oye- reí -
Z:- la miré mientras reíamos, hasta que paramos - rubia...- suspiré -¿somos demasiado orgullosas verdad?
M: supongo que sí, pero no podemos cambiar eso- miré al suelo -

ZURENA {Del estadio al cielo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora