Todos los grandes cambios comienzan con la misma alteración. Cuando empieza, la insurrección es disturbio, igual que el río es torrente. Suele desembocar en este océano: revolución.
Por desgracia, los abismos de la revolución son insondables, y no todos los ríos conducen a ella. Son necesarios multitud de pequeños accidentes y los actos individuales y nimios de multitud de personas que, aun inconscientemente, pueden desviar su cauce hacia las tinieblas del fracaso.
La pequeña insurrección de los Vientos no estaba destinada a alcanzar el océano. Es cierto, otras barricadas se alzaron a lo largo de la ciudad aquel junio; algunas resistieron varios días, otras no lo hicieron en absoluto. Pero a al menos un tercio de la sociedad (y, por desgracia, el tercio relevante para que las revoluciones triunfen) no le importaba en nada aquella lucha, cuando no estaba en contra de ella; el tercio restante vivía sumido en la apatía, y prefería no luchar. Por desgracia para ellos, aún estaban muy lejos del mundo igualitario y justo con el que soñaban.
Nina les avisó de la llegada de la policía. Había llegado corriendo, salida de quién sabe dónde, vestida con la ropa de su padre y más sucia de lo que la habían visto nunca; tras ella, el ejército de negro y miedo. Beatriz se había emocionado y había querido echar mano a las armas, pero por suerte, Erni estaba allí para impedirlo. Si alguien iba a disparar el primer tiro de esa guerra, desde luego no iban a ser ellos.
Astrea había plantado la bandera sobre la barricada. Cómo no había muerto de miedo en ese instante, sería algo que se preguntaría durante todo el resto de su vida. Allí, sola ante el océano enemigo, casi había perdido toda esperanza. Casi había pensado que aquello sólo podía acabar de una manera, y era con todos ellos muertos.
-¡Escuchadme! -al menos, tuvo la sensatez de descender unos cuantos peldaños por la barricada antes de dar su discurso, para quedar a salvo del fuego enemigo- Vamos a ser inteligentes, vamos a contener nuestro fuego. Nuestra munición es limitada, nuestra gente es limitada, la suya no. No las malgastemos. Esperemos nuestro momento para atacar. ¡Y nada de armas de fuego! -reprendió, y Beatriz dejó caer sobresaltada la pistola que había cogido a escondidas- Podemos contar con su legalidad mientras no nos acerquemos a las armas, pero agarrad una pistola, y no dudarán en disparar a matar. ¡Seamos listos! No queremos empezar una carnicería.
Una salva de disparos que impactó en la barricada como una violenta granizada la hizo callar, y desprendió astillas en todas direcciones; fue un milagro que ninguna atravesara a la rubia. Puede que aquello no fueran balas de verdad, pero nadie quería ponerse en el camino de los proyectiles.
Se desató el caos. Los tiros no cesaban y, por mucho que Astrea hubiera dicho que se quedasen a cubierto, no faltaron idiotas temerarios que se alzaron sobre la barricada para intentar apedrear en vano a la policía. De los cinco estudiantes que se atrevieron a lanzar piedras, sólo uno consiguió alcanzar con una a uno de los policías, que se tambaleó y dejó de disparar. El resto fueron derribados por las balas de goma, y se desplomaron sobre la barricada como sacos sin vida. Los que estaban más cerca de ellos tiraron de sus cuerpos hacia un lugar seguro, y Erni y Renée se apresuraron a comprobar que estuvieran bien. A uno le habían dado en la cabeza y se había desmayado, a otro en el hombro, a otro en un ojo que no tenía aspecto de poder volver a abrirse nunca, y al último, en un lugar bastante delicado que le dejaría fuera de combate el resto de la noche, si no estéril.
Por lo menos, su pequeño ataque había servido para ralentizar el paso de los atacantes.
No por mucho tiempo, sin embargo. La defensa de la barricada era prácticamente inexistente: una bomba de gas pimienta, un par de cócteles molotov, piedras, ladrillos, y adoquines del suelo. No irían muy lejos con eso.
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Café Van Gogh (Les Miserables AU)
Fanfiction"Eran nueve. Eran jóvenes, idealistas y brillantes, y querían cambiar el mundo". Astrea ha vuelto a Madrid a cuidar de su hermana, e intentar lograr una sociedad más justa en el proceso. Dorian la ha acompañado con la intención de conocer (y lo que...