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Dolía, como el infierno que dolía.

El primer día de rehabilitación fue un total fracaso.

Antes solía ser musculoso y fuerte, pero desde el accidente había adelgazado demasiado. Apenas era capaz de mantenerme de pie unos segundos antes de caer.

La fisioterapeuta era amable, pero yo la odié.

La odié de corazón. 

Por una razón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora