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—No sentía el dolor, no era capaz de sentir nada, excepto el terror y el pánico, pero tampoco podía sacarla. Sabía que la misma rama detenía la hemorragia, sabes que siempre me gustó la enfermería, así que tuve que quedarme en mi lugar hasta que nos encontraron. Tardaron tanto tiempo en encontrarnos.

—Less...

Ella lloraba, yo lloraba. Intenté callarla y solo abrazarla, consolar su dolor y el mío, pero no me lo permitió.

—Cuando al fin lograron sacarte... Mierda, Axel, eso fue peor. El auto estaba volcado de mi lado, por lo que tuvieron que sacarte a ti primero. Tu pierna... La sangre... Por más que intentaran tranquilizarme, me dio un ataque de pánico.

La veía llorar, por más fuerte que intentaba aparentar ser. Sabía que Lexy era un alma frágil y sensible, como toda una artista.

Y lo que me contaba...

Diablos. Definitivamente no me lo esperaba. Nunca pensé en la posibilidad de que ella también vivió su propio infierno. 

Por una razón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora