Por una razón.

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—Tú caíste inconsciente desde el primer choque, así dijeron los médicos. Yo desperté mucho antes de que llegaran los rescatistas —su voz tembló y todo dentro de mí se revolvió—. Te veía ahí, tan cerca... Y creí que estabas muerto, Axel. Te di por muerto durante dos horas completas.

—Less...

—Había mucha sangre... Te grité hasta quedarme sin voz, pero nunca despertaste. Ahora entiendo que fue una bendición que no lo hicieras, los doctores dijeron que no habrías soportado el dolor tanto tiempo de estar consciente. Que incluso podrías sufrir un infarto. Tu pierna estaba en tan mal estado...

—Lexy, calla.

—Quise salir a buscar ayuda. No creas que no lo intenté, pero...

No estaba preparado para seguir escuchando esto. Intenté levantarme antes de que ella terminara su frase, pero me paralicé al instante al escucharla.

—Una rama atravesó el parabrisas y estaba incrustada en mis costillas.