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Las lágrimas escaparon de mis ojos, antes de que pudiera procesar lo que veía. Todos me rodeaban, mi hermano, mi padre, el suyo, mi hermano. Me veían con preocupación y yo sentí que una parte de mí moría.

Intentaba respirar, mientras el llanto se abría paso por mi sistema. No podía imaginarme un mundo sin Lexy.

—¡Axel! Less está bien —mi madre me tomó del rostro, obligándome a verla.

—¿Está... Bien?

—Sí, te despertamos porque creímos que querías ser el primero en verla.

Respiré profundamente, antes de comenzar a caminar con las muletas hacia donde mi madre me indicó.

Me tomé mi tiempo, antes de cruzar la puerta.

Y volví a respirar al verla. El trasplante llegó en el momento justo, por lo que le hicieron una cirugía de emergencia. Ella estaría dopada por un largo, largo rato. Aún no estaba fuera de peligro, existía la posibilidad de que su cuerpo rechazara el trasplante.

Pero estaba viva. 

Por una razón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora