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—Less —murmuré sorprendido al verla en la puerta de entrada.

Entró molesta, llorando. Parecía que algo malo había ocurrido y yo no sabía cómo calmarla. Porque, para empezar, ni siquiera sabía lo que pasaba.

—Lexy, tranquila. ¿Qué sucede?

—¡Mi madre quiere que me vaya con ella! —gritó con su rostro sonrojado por el llanto.

Jamás la había visto tan afectada, por lo que su arrebato me tomó por sorpresa.

—Cariño...

—¡No! Ella se fue, Axel. Se fue y me dejó sola cuando era una niña. ¿Por qué tengo que tener dos vidas? No estoy molesta porque se separaran, pero ella se fue a la otra punta del país. ¿Acaso eso es culpa mía? No iré.

—Less, es tu madre. Tu padre no va a permitir que te quedes con élaquí, porque sabes que tienen la custodia compartida. Dejar que te quedes seríaentrar en un problema legal.

—¡No me importa! No soy una muñeca que puede tirar y recoger cada vez que quiere.

—Entonces vamos a mudarnos juntos —ofrecí.

No era algo impulsivo.

El año siguiente ambos iríamos a la universidad, habíamos quedado en la misma. Yo por mi beca y ella por su padre.

—¿Lo haremos? —preguntó sorprendida.

—Lo haremos.

Por una razón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora