Por una razón.

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—¿Tú...? —carraspeó, con las mejillas coloradas.

Era tan obvio que estaba celosa.

—¿Yo qué?

Sabía bien a dónde se dirigían sus pensamientos. Si supiera que jamás vería a Vicky de esa manera, porque mi corazón ya tenía dueño.

Y porque aun la odiaba un poco.

—Hablas de ella con cariño —desvió la mirada.

Bueno, debía darle su reconocimiento. Sí, Vicky no era una persona fácil. Su optimismo era odiable. Pero seguía siendo la persona que más me ayudó cuando las cosas eran difíciles.

—Me ha ayudado mucho, Lexy. Pero sabes que sólo tengo ojos para ti.

Sus ojos brillaron, llenos de amor. Less era hermosa, de una manera tan increíble que incluso viéndola con mis propios ojos, me costaba pensar que alguien como ella pudiera existir.

—¿A pesar de todo este tiempo separados?

—A pesar de todo.