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—Debo explicarte las cosas desde el principio. Tú madre mencionó que no recuerdas muchas cosas del accidente.

Me quedé mudo, sólo escuchándola.

Podía sentir su mano temblar a través de la mía.

¿O era yo quién temblaba?

—Tú ibas conduciendo cuando un camión apareció de la nada. No sólo nos arrolló, sino que además nos empujó colina abajo y se dio a la fuga —explicó, con la voz entrecortada—. Lo atraparon un par de días luego. Era alguien borracho que apenas notó lo que sucedía.

—¿Colina abajo? —me detuve en esa frase.

—Así es. Duramos cinco horas atrapados en el auto.

Por una razón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora