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—No puedes apagar tu luz, Axel —había dicho Vicky en una ocasión, a pocos días de conocernos—. Eso es lo único que te mantendrá en este mundo.

—¿Luz? No sé de qué hablas.

—He visto a las personas como tú... crees que no podrás sobrevivir, que no podrás soportarlo, pero aún hay luz en tu mirada. Lo has pensado ¿Verdad? ¿Acabar con tu vida?

—¿Cómo lo...?

—Lo sé. Simplemente lo sé. Pero también sé que aún te queda mucho por vivir. Esto será un trabajo en equipo. Yo daré todo de mí por ayudarte a mejorar, pero tú también tendrás que dar todo de ti.

—Eres demasiado optimista.

Y no lo decía de halago.

—Ven, intentemos una vez más.

Por una razón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora