74 - SECUESTRO/PRIMERA PARTE

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El Omega había pasado caminando de un lugar a otro por todo el centro comercial y entre boutiques de la zona, buscando ropas de maternidad. A decir verdad, todo le encantaba, había lindos camisones y conjuntos de maternidad, no sabía cuál elegir. Sus pies no paraban de correr y YooNa le seguía desde atrás, a la Beta le pareció algo tierno ver al Omega muy animado viendo bastantes cosas bonitas para él. Vio que el menor se quedó parado en medio de dos cuneros, al parecer, al Omega le había encantado esas cunas.
Hyung Jun pasó sus manos delicadamente por esas maderas blancas muy bien acabadas con adornos de leonsitos, ositos, caballitos y tortuguitas. Realmente esas cunas quería para sus hijos.

“Qué bonitos”

Siguió caminando y observando varias cosas bonitas de bebés que habían allí. Llegó a la sección de juguetería y agarró una sonaja, la agitó ligeramente haciendo que el objeto hiciera un ruido sinfónico. Se quedó por un buen rato jugando con esos juguetes de bebés que captó la atención de los personales que caminaban por allí, vigilando todo alrededor. A los empleados les pareció bastante tierno ver al menor bien entretenido con esas sonajas. Uno de ellos se acercó al menor y lo miró detenidamente, el Omega parecía un tierno cachorrito.

— Tú no deberías ser padre. — El comentario del Alfa sorprendió al pequeño Omega, quien le miró confundido. — Tú deberías ser mimado...

El menor sonrió ladino.

— Mi pareja es así como tú... inocente y misterioso. — Dijo el Alfa.

— ¿Ah si? — Cuestionó con una rosagante sonrisa. — ¿Su Omega es menor de edad?

— Así es... La luna eligió para mí a un niño como tú. Aunque no me opongo a ello.

El menor miró detenidamente al Alfa por unos cuantos segundos, y realmente ese empleado era muy apuesto pero no tanto como su querido Jung Min.
Hyung Jun realmente sólo tenía ojos para su Alfa.

— Usted, debe quererlo mucho...

— Si, lo amo demasiado... Tu Alfa no debió dejar sólo a un niño como tú, podrías perderte. — Comentó el Alfa con una doble intención que pasó desapercibido por el menor.

— No estoy solo... Mis guardaespaldas están allá. — Apuntó el menor a los hombres de trajes negro que yacían parados en una esquina como soldados, vigilando cautelosamente al pequeño Omega.

El Alfa miró a esos hombres y disimuladamente los contó... eran seis corpulentos Alfas.

— Mhm... Tu familia debe ser billonaria para que tengas como guardaespaldas a unos Alfas.

— Sip... Mi Alfa también es billonario. — Comentó el menor con una brillante sonrisa llena de inocencia pura.

De repente, sonó la alarma de incendios del centro comercial que alertó a todos los trabajadores y clientes que estaban allí. Por el pánico, la gente comenzó a correr desesperada hacia la salida. Pisotones por aquí y por allá no podían faltar, pasaron hasta por encima del pequeño Omega sin importarles que el menor estuviera embarazado. Los guardaespaldas del menor y YooNa cuando estaban por acercarse al menor que yacía tirado en el piso mientras protegía con sus manos su adorable barriguita, la luz eléctrica del recinto se apagó, dejando todo el lugar en completa oscuridad por cinco minutos que parecieron eternos para YooNa y los guardaespaldas.
Cuando regresó la luz eléctrica, Hyung Jun había desaparecido misteriosamente, y donde el menor estaba hace unos minutos atrás había rastros de sangre, a lo que YooNa se quedó sin aire y su sangre se congeló, en ese momento entró en pánico al no ver al menor por ningún lado... lo había descuidado.
La Beta inmediatamente soltó todo las bolsas de compras que cargaba en sus manos y salió corriendo desesperada para buscar al Omega. YooNa sabía perfectamente que Hyung Jun no pudo haber caminado en medio de la oscuridad y mucho menos estando encinta, algo le decía que había pasado algo extraño en esos cinco minutos como si alguien hubiera anticipado todo ello. Los guardaespaldas recorrieron por todo el centro comercial de arriba y abajo, buscando al pequeño Omega, tenían la esperanza de que el menor se hubiera escondido en algunos de los inmuebles del lugar por el susto, pero no lo encontraron. Y para rematar... no había rastros del olor del Omega por ningún lado.

¡Te Protegeré Mi Omega! [Omegaverse] TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora