7 - MI OMEGA

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|Mi corazón late fuertemente al ritmo del vals de tu palpitante corazón|




🥀🐺🥀




— Y, ¿tu hermano cómo está, Jun? — Preguntó la pelinegra llamando la atención de la persona que estaba sentado a su lado. Hyung Jun soltaba uno que otro bostezo por la aburrida clase de álgebra. Jennie se dio cuenta que a Hyung Jun no le sentaban bien los números, ya que el maestro Song, un Beta de treinta tantos años de edad, les había entregado dos papeles impresos repletos de ejercicios para que resolvieran.

El cachorro tenía los ojos cansados y desesperados por salir de allí. Quería salir corriendo, pero sería muy irrespetuoso y descortés de su parte salir de aquella aula, lo más probable es que recibiría una sanción por mala conducta.
Ya tenía suficiente por lo de la última vez.

— Bien. — Respondió sin mirar a su amiga, mientras sostenía en su mano su lápiz y resolvía los ejercicios matemáticos. — Pero... — Levantó la mirada hacia al frente sin tener un punto fijo donde ver. — Saeng ha estado con su celo por seis días...

La pelinegra abrió los ojos cómo platos por lo sorprendida y asombrada que estaba.

— ¿Que...? Pero... — Jennie sabía perfectamente que los Omegas tenían su celo por tres días y por lo cual no deben salir de su casa hasta que sus días de celo terminen. Y que el hermano de su mejor amigo, extendiera su celo por más días, eso sí que era algo nuevo. Realmente digno de admirar y llevarse una gran sorpresa. —Seguramente quiere atraer a su Alfa predestinado... — La Omega soltó aquellas palabras con un poco de duda, llamando la atención de su amigo, quien ahora la miraba con mucha atención. Jennie entendió la indirecta y tragó saliva para continuar hablando. — Me di el lujo de investigar por ahí, en los libros antiguos de mi abuela. Que... Si tu Alfa predestinado es muy fuerte, por ende el celo de su Omega se adelantará antes de lo previsto...

— ¿Estás segura, Jennie? — El cachorro preguntó incrédulo, ya que no sabía si creer o no.

— No lo sé Jun. Pero es una leyenda antigua de nuestros ancestros. Ellos creían que más que un lazo los unía. Como el sol y la luna, por ejemplo.

— ¿Que? Eso no tiene nada que ver. — Se disgustó y rodó los ojos.

— ¡Claro que sí! El sol y la luna si llegan a estar juntos. — La Omega miró fijamente a su amigo, quien ya estaba más que confundido y curioso.

— ¡¿Y como?!

— Cada cierto tiempo, hay un eclipse. El sol y la luna pueden estar juntos. No por mucho tiempo, pero por lo poco que sea, el tiempo y el espacio les pertenece a ellos.

Hyung Jun agachó la cabeza con pena.

— Eso es muy triste... — Suspiró con nostalgia.

— ¡Lo es! Nuestros ancestros creían que el Sol era un Alfa y la Luna su Omega. Que por malos desentendidos del destino tuvieron que separarse. Y sólo por un período de tiempo pueden estar juntos.

— Que bonito amor. A pesar de que sea por poco tiempo. — El menor miró al techo, cerró los ojos y suspiró, y por un momento su mente divagó con respecto a ser un Alfa o un Omega. Hyung Jun pensó que no estaría mal en presentarse a la sociedad como un Omega. — Quisiera ya presentarme... — Suspiró ansioso mientras mantenía los ojos cerrados.

— El Sol tan majestuoso y ardiente por el día, y la Luna tan hermosa y diosa por las noches, el Sol se enamoró de ella. — Interrumpió el maestro Song, quien estaba parado frente a la mesa de Hyung Jun y Jennie, y los veía fijamente. Hyung Jun abrió los ojos sorprendido por la voz del maestro y Jennie agachó la cabeza apenada, sus demás compañeros tenían la vista sobre ellos. Al parecer, la historia les había llamado la atención. — Jóvenes, es una historia muy hermosa pero... Déjenlo para la hora de literatura. — Habló rasposamente.

¡Te Protegeré Mi Omega! [Omegaverse] TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora