¡Te Protegeré Mi Omega! [Omegaverse] Terminada

85 - ¡QUÉDATE A MI LADO!

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"Minnie hyung, yo también te amo"

Sintió que unas delicadas y suaves manos acariciaban su cabello, se sentía bien ser mimado de esa manera y por esas manos que no había visto en tanto tiempo, pues las extrañaba. Y más aún al honorable dueño de ese exquisito olor dulce que lo volvía loco, todo de él había extrañado. Realmente ese pequeño omega se había metido en su sangre hasta el alma, se sintió vacío cuando el menor retiró su mano de su cabeza. El menor estaba dispuesto a irse sin antes escucharlo y sin poder decirle sinceramente cuanto lo amaba, no lo permitiría, ya que el olor dulce del omega estaba mezclado con tristeza, dolor, sufrimiento y pena. Su alfa chillo de tristeza en su pecho, él también se encontraba muy dolido y triste por todo lo que había pasado. Ambos anhelaban conocer a sus pequeños hijos, pero por personas malas e inescrupulosas lo perdieron de una manera tan cruel.

— ¡Espera! — Sujetó fuertemente la muñeca del menor antes de que se alejara.

El menor se sorprendió por la repentina actitud del mayor, pues creyó que el alfa dormía.

— Baby, quédate conmigo. — Dijo levantando la cabeza para mirar directamente a los bellos ojos del menor, quien le miró con los ojos brillosos de color carmín por tanto llorar.

— Jung Min... — Y rompió en llanto otra vez, pues su corazoncito le dolía mucho.

Jung Min tironeo de su brazo y lo jaló hacia su propio cuerpo, envolviendolo entre sus brazos. Ambos se desahogaron en los brazos del otro por un largo rato hasta quedarse sin lágrimas. El alfa se alejó un poquito del cuerpo contrario, sólo para mirarlo directamente a sus bellos ojitos tristes y brillosos que lo adornaban sin su consentimiento, el pequeño omega agachó la cabeza.

— Junnie mírame. — Suplicó el alfa y el omega negó con la cabeza. — ¿Vamos Baby? ¡Mírame!

Hyung Jun nuevamente negó con la cabeza, mordiendo su labio inferior.

— ¡¿Qué me mires maldita sea!? — Insistió con su profunda voz varonil.

— Yooo... Lo siento. — Dijo con su vocesita quebrada mirando directamente al piso.

— ¿Porqué te disculpas? Bebé, tú no hiciste nada... ¡Hey! Por algo suceden las cosas, ¿si? No te eches la culpa por algo que tú no hiciste, no todo se ha perdido. — Trató de animar a su omega que olía a tristeza y luto.

— Yo quería conocerlos y estrecharlos entre mis brazos, los amaba con todo mi corazón Jung Min... No merecían morir de esa manera, no se lo merecían. — Dijo sin quitar la vista del piso, haciendo pequeños círculos con su dedito en el frío concreto. — Tú una vez me dijiste que era una fábrica de cachorros con dos piernas, ahora ni siquiera eso soy... El omega consentido y berrinchudo que conociste hace meses atrás, no queda ni su sombra, nunca podremos tener aunque sea un cachorrito, tu tío mató a mis bebés y me mató a mi también... Estoy muerto por dentro y por fuera, no sé cómo sigo con vida, me destruyeron sin piedad como si no valiera nada. ¿Sabes? Mis bebés creo que se despidieron de mí, presintieron que no se quedarían conmigo para siempre, porqué ese día antes de salir de casa... Se movieron dentro de mí, lo sentí, estaban vivos. ¡Yo lo sentí~! Estaba feliz de llevarlos dentro de mi vientre y escuchar todos los días los latiditos de sus pequeños corazoncitos. ¡¿Porqué tenían que morir así?! — Finalizó acariciando su barriguita plana y no pudo evitar derramar muchas lágrimas en cada palabra que brotó de sus labios.

Unas lágrimas más resbalaron por las mejillas del alfa tras escuchar a su omega hablar así, pues con ello le acababa de destrozar el corazón y el alma completamente. ¿Cómo podía consolar al menor, si él también se desmoronaba a pedazos? No hallaba la forma de encontrar consuelo para ambos.