51 - ¡NO SUBESTIMES LA INTELIGENCIA DE UN OMEGA!

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— ¡Halmeoni, Halmeoni! ¡Mira ya tengo pancita! — Hyung Jun gritaba esbozando de alegría, mientras acariciaba delicadamente con sus manos un pequeño bultito debajo de su abdomen.

La anciana sonrió al ver al menor tan emocionado con su pequeña barriguita. Le había hecho una pequeña visita a Hyung Jun, llevando un delicioso pastel que ella misma preparó con sus propias manos, ya que descubrió que al pequeño omega le encantaba los dulces y que mejor que contentar al menor con un poco de tarta de chocolate, acompañado con un té de jazmines. Y de paso aprovechó para quedarse junto a Hyung Jun y hacerle compañía para que no estuviera tan solito.

— Y dime pequeño, ¿como es tu alfa? — La anciana preguntó con una evidente curiosidad. Realmente quería entablar una conversación con el pequeño omega para que el menor no se aburra y se abra ante la gente, ya que últimamente lo vio muy deprimido.

Hyung Jun miró a la mujer y sonrió.

— Mhm... Pues, cuando lo conocí era muy arrogante y orgulloso. Se la pasaba todo el tiempo rechazándome. — Hyung Jun agachó la cabeza por un momento y luego la levantó para mirar nuevamente a la mujer. — Pero después de varios intentos pude atraparlo. — Confesó muy sonriente y se sonrojó hasta las orejas.

La anciana no pudo evitar reír ante la confesión inocente del menor, eso era algo nuevo y más aún que un omega fuera detrás de su alfa como si fuera un acosador. Si debería ser al revés.

— Quisiera verlo otra vez. — Hyung Jun soltó un largo suspiro lastimero.

La vieja alfa miró con tristeza al menor, quién estaba mirando su collar con algo de nostalgia.

— Hyung... Quiero verte de nuevo Hyung. Te extraño mucho. — Una lágrima se deslizó por la mejilla del menor, quien rápidamente la secó con las yemas de sus dedos.

La anciana al ver al pequeño omega tan triste, algo muy dentro de ella, muy en el fondo se removió. Ella no eran tan mala como para separar a un alfa de su omega y de sus cachorros. La mujer miró atentamente al menor, quien empezaba a quedarse dormido debajo de las sábanas pensando en su alfa, después de haber comido un trozo de tarta y bebido el té.

La vieja alfa miró con dulzura al menor que dormía plácidamente en los brazos de morfeo con las mejillas de un hermoso rubor rosas, la mujer no pudo contenerse las ganas de acariciar delicadamente la cabecita del menor y luego depositar un tierno beso en la frentesita del pequeño omega dormido.

— Muchas gracias por haber cambiado el endurecido corazón de mi nieto. — Dijo la anciana con una pequeña sonrisa, mirando fijamente a Hyung Jun. — Jung Min te encontrará pequeño omega... Pero que se esfuerce un poquito más. — Y sus ojos se tornaron de un hermoso color turqueza cómo si hubiera visto más allá a través de sus hermosos ventanales.







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— ¿Porqué querías huir jovencito? — Preguntó el beta con una rasposa voz.

— Pues, pues porque... La verdad no sé. — Young Saeng respondió totalmente nervioso.

El beta sonrió al verlo así, ya que su mente sólo recordaba a alguien que se comportaba de esa manera, pero no lograba descubrir de quien se trataba. El hombre por un momento pensó que debía ir de nuevo a terapia para recuperar sus recuerdos perdidos y armar el rompecabezas que esconde su pasado.

¡Te Protegeré Mi Omega! [Omegaverse] TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora