Castigo o premio

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-Estas expulsada Isabel.- dijo el director

-¿¡Qué!? si ellas fueron las que me molestaron.

-No me importa Isabel. Has causado muchos problemas a este instituto.

-Hola director ¿Ahora que hizo mi hija?.- dijo mi mamá cerrando la puerta de la oficina del director

-Su hija está expulsada. Los maestros y yo estrictamente decidimos que su hija no puede asistir más a este instituto.

-Por favor señor direc...

-Por favor mamá ya no le insista a este señor, ya no me quieren aquí, ahorrarte la súplica y vámonos.

****

-Joder, me muero de hambre.- dije saliendo del auto asotando la puerta.

-Esto no se va a quedar así jovencita.-dijo mi mamá muy enojada

-Ay mamá, hay muchas escuelas, no es el fin del mundo.

-No es el fin del mundo, no es el fin del mundo, por favor Isabel, recapacita estás a un paso por terminar el bachillerato y aún así te comportas como niña, no sé por qué aún no te preocupa tu futuro, tus estudios. Malditas llaves por qué se atoran.-Estaba batallando en abrir las llaves de la puerta de la casa

-Mamá, es para el otro lado.- lo intenta y se abre la puerta, cierro los ojos y digo.- Hogar dulce hogar.-abro los ojos y veo Abraham (él novio de mi mamá) con mis maletas.

-¿Quién se va ir de la casa y se irá con su papá?.- Con una voz burlona dijo Abraham

-Maaa ¿es enserio?

-Lo siento hija, pero es lo mejor.

-Pero ni siquiera mi papá me reconoce como su hija.

-Lo siento mucho, tú papá ya está enterado y se va hacer cargo de ti, yo estuve al pendiente de ti durante diecisiete años

-Estuvimos has dicho.- dijo Abraham

-¿Qué? Feliz porque me voy.

-Ya no peleén por favor.- mi mamá enfadada fue a la cocina.

Quedamos solos Abraham y yo.

-Sinceramente si estoy feliz, al fin te vas a ir de la casa mocosa.

-Callate, que nunca me caíste bien.

-No nos llevamos nada bien, tenemos el mismo carácter y hemos aprovechado de tu mamá, es muy amable, honesta, y buena con nosotros que tu ni yo la merecemos. Pero...¿Que crees? qué tu actitud me ayudó a convencer a tu mamá para que te largaras con tu padre que ni siquiera se hizo cargo de ti y no le importó tu nacimiento.

No soporté lo último que dijo.

Mi impulso fue agarrar el maletín que estaba cercas de mí y le di en la punta del fierro del maletín hacia su cara grasienta dándole en la nariz.
Él sujeto se fue de espaldas y aterrizó al suelo quedándose casi inconsciente, quejándose de su repugnante naríz.
Mi mamá vió el acto y corrió hacia él.

-Te veo en el auto.
Mamá.

Mi preciado secreto (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora