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Mora🥀

-¿Desde cuando te importo?- lo mire fijo.

Él también me miró fijo, cosa que me puso muy nerviosa, nunca habíamos conectado mirada así, pero me gustaba; algo, me decía, que me gustaba conectar mirada con él.

-¿Sabes que? Deja, no me importas, no valoras nada, ojalá que te caguen violando en el medio del camino, por desagradecida- largó con asco.

Esas palabras, fueron un puñal en el pecho directamente.

-Ojala que te arrepientas de lo que acabas de decir, cuando veas por la tele que me violaron y me encontraron muerta en una bolsa de consorcio tirada en un descampado, sabes- dije de la misma forma.

Mateo me miró serio.

-Mora, si querés yo te acompaño- se ofreció Khea.

-Gracias rubio, por ser un poco más hombre, que este semejante pelotudo- dije con odio.

Khea sonrió y Amorina, le dio un beso en la mejilla después de decirle "gracias".

-Y vos- dije mirando a Mateo- Respeta a las que ya no están, debido que les paso lo que me deseaste, o, al menos respeta a sus madres, porque no sabes el dolor con el que tienen que convivir gracias a eso que vos me deseaste solo porque te pregunte algo.

Mateo apretó su mandíbula con fuerza y formó un puño en su mano.

-Pegale- lo alentó el gordo Roke.

Lo miré con asco.

-Callate Roke, no le pongas más leña al fuego- dijo de mala manera Amorina.

-Te deseo de todo corazón, que nunca en tu vida, te toque presenciar como algún hombre golpea a tu mamá, tía, prima, abuela o hermana, al frente tuyo- dije mirándolo fijo.

-Yo te deseo de todo corazón, que te golpeen, tanto, pero tanto, que se te aclaren las ideas, pelotuda, gracias por tus buenos deseos igual- sonrió sarcástico.

Me quedé mirándolo seria.

Por suerte, hablo Martina para cambiar este ambiente de mierda.

-Eu, Khea, acompañala y porfavor que no le pase nada- suplicó Martina.

-Si, no te preocupes, esta en buenas manos- sonrió el rubio.

-Me entero que te pasaste de la raya con ella y te vuelo la cabeza- lo amenazó Mateo a Khea.

-Vos recién le deseaste que la violen y tu amigo, que la maten a golpees, casi- hizo una pausa- yo la voy acompañar, justamente, para que no se les cumplan los deseos a ninguno de los dos, yo si respeto y las cuido a las pibas ñeri- Khea le dio pequeños golpecitos en la espalda.

Mateo lo miró serio y repitió la acción anterior con la mandíbula, tiene unas tremendas ganas de encajarle una trompada.

-¿Vamos?- le pregunté mirándolo.

-Vamos- respondió con una sonrisa.

(...)

-Gracias de verdad, por acompañarme- le agradecí sonriendo.

Sᴇᴄᴜɴᴅᴀʀɪᴏ ➞ Tʀᴜᴇɴᴏ [ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora