Tsukishima-sensei ❤︎ ┊ TsukiYama.

22

Cuando Yamaguchi llegó a la universidad en un día nuevo, cada vez que daba un paso por el pasillo sentía las miradas sobre él. Era un poco incómodo. Podía escuchar también murmullos que hablaban sobre la relación con su profesor. En ese entonces, de la sala de los maestros salió una mujer mirando hacia todos lados, buscando a alguien.

La mirada de Yamaguchi se cruzó con la misma, y esta fue directamente hacia él. El pecoso se preparó mentalmente.

—¿Tú eres Yamaguchi Tadashi? —preguntó acomodando sus gafas.

—Sí, lo soy.

—Necesito que vengas un momento conmigo, por favor. No te tomará más de diez minutos.

Yamaguchi siguió a la mujer durante un buen rato. Aún podía escuchar los murmullos sobre él, y la verdad es que estaba poniéndose un poco ansioso. No quería que la relación con su profesor saliera a la luz oficialmente, por lo tanto tendría que mentir descaradamente, justo como lo había hablado con Tsukishima el otro día. Solo esperaba que tuvieran la misma versión.

Entraron a una habitación pequeña, en la cual solo había un escritorio y al costado muchas gavetas, con unos cuantos libros para leer. La mujer se sentó del lado del ordenador.

—Siéntate, por favor.

No tardó en hacer caso y sacó su bolso de su hombro, dejándolo en su regazo.

—Supongo que ya sabes por qué estás aquí, ¿no? —preguntó, escribiendo algunas cosas en su ordenador.

—Sí.

—¿Cómo te sientes? —era una buena pregunta.

Tenía que sacar sus dones de actuación.

—La verdad es que todo este tema me está agotando mentalmente —respondió, haciendo una pequeña pausa para suspirar, mirando a la nada—. No me gusta tener que tratar con estas cosas.

—Créeme que a nosotros tampoco. Tsukishima-sensei me dijo que tú le dijiste que estaba comenzando a haber un rumor sobre que estaban saliendo como pareja, ¿puedes hablarme de eso?

Yamaguchi se acomodó en su asiento con un semblante serio.

—Voy a serle sincero. Mi relación con Tsukishima-sensei no es más que una relación de profesor y estudiante. Estaba con mi compañera en la cafetería...

Y así, Yamaguchi comenzó a explicar la historia como tal. La real.

—¿Por qué crees que dicen eso? —Yamaguchi se quedó pensativo.

—Bueno... ¿envidia, tal vez?

La mujer elevó sus cejas, curiosa.

—Verá, mis calificaciones son bastante altas, y he podido notar el gran nivel de competitividad en el salón. Tsukishima-sensei es uno de los mejores maestros que he tenido, me incita a estudiar por mi propia cuenta, y por ende puede que esté en un nivel más alto que los demás en el salón. Él suele felicitarme cuando hago un ejercicio que considera que es avanzado.

—Oh, ya entiendo.

—Me gusta Tsukishima-sensei, pero no en esa forma, ¿entiende?

—Sí, sí. Entiendo.

Se quedaron unos segundos en silencio, mientras la mujer escribía unas cosas en su teclado.

—Tengo que hablar con tu compañera.

—¿Por qué?

—Solo es por seguridad, ten por seguro que te creo. Tsukishima-sensei también me dijo lo mismo.