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Tsukishima caminaba con paso firme en dirección a su área de trabajo con los exámenes que hicieron sus estudiantes, la verdad es que estaba muy ansioso por revisarlas para ver si sus estudiantes realmente eran buenos o malos, aunque él era alguien razonable, por lo que si ve que su estudiante se había esforzado iba a hablar con este para llegar a un acuerdo.

Aunque no dejaba de pensar en ese estudiante en particular, que parecía dar su 100% en todas las actividades y en general. Él era extrañamente amable con él, y no parecía tenerle tanto miedo como los demás.

Se sentó en su puesto. Tomó su bolígrafo y tomó la primera evaluación que estaba en la pila de exámenes. Comenzó a revisarlo, colocando varios tickets y el puntaje más alto en la mayoría de las preguntas. Tenía todo correcto, realmente estaba impresionado.

—Kuroo...

El nombrado se levantó su vista de su laptop para mirar a su colega con atención.

—¿Recuerdas ese estudiante del que te hablé? Yamaguchi.

—Ah, sí. ¿Qué pasó?

—Es perfecto.

El pelinegro soltó una carcajada tapando su boca divertido, dejando su laptop de lado para ver el examen que el rubio le estaba mostrando. Realmente era el sueño de estudiante de Tsukishima, un estudiante ordenado, inteligente, amable y con disposición de aprender cualquier cosa.

—Pues sí que lo es, a cualquier maestro le gustaría tener un estudiante así —murmuró dejando el examen junto a Tsukishima—. ¿Vas a felicitarlo?

—Claro que lo haré, es un buen estudiante.

Kuroo sonrió divertido al ver a su colega así, hace tiempo no reaccionaba así. Aunque estaba un tanto preocupado de que generara un favoritismo hacia aquel estudiante, que no estaba del todo mal pero podía afectar a los demás.

—Solo no vayas a tenerle favoritismo... no digo que esté mal pero piensa en tus otros estudiantes que también se esfuerzan.

—Sí, lo tendré en cuenta. Es solo que no puedo evitar emocionarme cuando veo un estudiante estrella, ¿sabes?

—Lo entiendo, no te preocupes.

Y así siguió revisando exámenes, los cuales estaban bastante buenos, aunque como siempre habían algunas bajas calificaciones, pero eran menos de la mitad de su salón. Estaba satisfecho como profesor.

...

Esa misma semana, tenía otra clase con sus estudiantes, por lo que iba a entregar los resultados de sus evaluaciones. Fue uno de los primeros en llegar, y comenzó a instalarse en su escritorio. Sus estudiantes también fueron poco a poco llegando, mientras que algunos les preguntaban si ya tenía las calificaciones.

Fue en ese entonces que entró su estudiante favorito. Tsukishima sonrió.

—Buenos días, sensei.

—Buenos días, Yamaguchi —saludó de vuelta.

—Sensei, ¿ya revisó los exámenes? —preguntó acercándose al mayor.

—Sí, Yamaguchi. Los entregaré al final de la clase.

—Oh, bien.

Yamaguchi caminó hasta su escritorio. Estaba emocionado por recibir su examen, esperaba realmente que le haya ido bien y obtener las felicitaciones por parte de su profesor. La clase pasó con mucha lentitud según el pecoso, la verdad es que el tema que estaban pasando actualmente podría ser algo aburrido, incluso con su profesor favorito.

—Hasta aquí llega la clase de hoy. ¡Ah! Casi lo olvido, ya tengo sus calificaciones. Cuando ya se las haya entregado por favor retírense.

Yamaguchi se quedó esperando pacientemente a que su profesor le llamase para recibir su calificación, y al parecer era el último del salón, todos se habían ido. El pecoso se levantó en dirección a su maestro, el cual le sonrió ladinamente.

—Obtuviste un cien, felicitaciones, Yamaguchi. Fuiste la nota calificación más alta, se nota que estudiaste mucho.

Cuando el menor recibió su nota, abrió sus ojos en grande, viendo un 100 muy grande al costado superior a la derecha. No pudo evitar sonreír ante eso, estaba muy feliz.

Pero al escuchar las felicitaciones de su profesor, su cuerpo se estremeció por completo. Sus mejillas se sonrosaron y apretó sus labios.

—Gracias, sensei... sí... me esforcé mucho —murmuró, relamiendo sus labios mirando al mayor.

Este notó aquel gesto tan característico en sus labios, y miró a su estudiante los ojos.

—Sigue esforzándote, Yamaguchi.

—Lo haré, sensei.

Entre ese pequeño intercambio de palabras, no se dieron cuenta de la cercanía que estos tenían. La tensión se podía notar desde kilómetros. Ambos lo sabían.

—Sensei, ¿no le gustaría ir al bar que está cerca de aquí para celebrar mi calificación? —era ahora o nunca. La respuesta iba a terminar por saber el tipo de relación que tenían.

El rubio elevó sus cejas ante la propuesta, para luego soltar una pequeña carcajada. Acto seguido tomó su bolso para colgarlo en su hombro en silencio para crear tensión.

—Yamaguchi... Tú sabes lo que estás haciendo, ¿verdad?

Las mejillas del menor se sonrojaron fulminantemente. Apretó la correa de su bolso y apretó sus labios.

—Sí sé lo que hago, sensei... —respondió con timidez mirando al suelo.

—No quiero crear una relación que tenga conflicto de intereses con mis estudiantes.

—¡Pero...! Usted vio que mi primer examen saqué un cien... no habría una relación con conflicto de intereses... es lo que menos me interesa realmente...

Tsukishima se quedó pensativo mirando al más bajo, este no le miraba a los ojos.

—¿Qué tipo de relación quieres tener con un profesor? —preguntó ladeando su cabeza.

El pecoso pudo sentir su perfume. Levantó su vista para encontrarse con los hermosos ambarinos que poseía el mayor.

—Quiero una relación de profesor y estudiante dentro de la universidad. Fuera de la universidad quiero otra —respondió completamente serio.

Tsukishima elevó sus cejas curioso, para luego sonreír con calidez.

—Está bien. Ya veremos que tipo de relación sale ahí.

Yamaguchi abrió sus ojos esperanzado con sus mejillas completamente sonrojadas.

—Sí, sensei.

Tsukishima-sensei ❤︎ ┊ TsukiYama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora