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Yamaguchi después de unos cuantos días ya había mejorado de esa decaída, solo necesitaba dormir un poco y ya. Ahora mismo, su madre estaba sentada en el sofá del departamento, y el pecoso obviamente también estaba allí.

La relación que el estudiante tenía con su madre era muy especial a pesar de que no se hablaran todos los días. Ambos estaban ocupados haciendo sus cosas.

—¿Cómo están las cosas con mi padre? —preguntó el menor, dando un sorbo a su vaso con agua.

—Como siempre... Igual de mandón y machista —respondió cruzando sus brazos soltando un suspiro.

—¿No te ha hecho nada, verdad? —preguntó nuevamente, acercándose un poco a ella.

—No, mi niño. Tranquilo.

El padre de Tadashi era machista, demasiado machista para ser verdad. La pareja se había casado a temprana edad debido a que la mujer se había embarazado de su primer hijo, aquello había sido un error debido al mal uso de métodos anticonceptivos. Por lo tanto, en esa relación no había mucho amor como tal.

Tadashi fue el último hijo que tuvo de tres.

—Por lo que he visto te ha ido muy bien en tu universidad, te felicito —dijo la mujer mirándolo con ojos amables y una sonrisa.

El chico sonrió.

—Sí, la verdad es que me ha ido bastante bien. He obtenido muy buenas calificaciones y estoy muy satisfecho por eso, pero el viernes pasado no me sentía muy bien... —y ahí comenzó a explicarle todo lo que había pasado aquel día.

—¿Por qué no me llamaste para que te viniera a cuidar? —preguntó con un tono apenado.

—Mmh... pensé en hacerlo pero... uhm... un amigo mío vino a cuidarme.

La mujer alzó una ceja, curiosa.

—¿Un amigo? ¡Es cierto! No me has hablado nada sobre tus amistades, ¿cómo va eso?

—Bien —hizo una pausa para tomar agua—. Tengo tres amigas, Sayaka, Kasumi y Ayane; y un amigo que se llama Kenma.

—¿Kenma es quien te vino a cuidar? —Yamaguchi apretó sus labios, negando con su cabeza.

—No, la persona que me cuidó es Tsukishima.

—Ah, ¿estudia lo mismo que tú? —preguntó acomodándose en el sofá.

—Sí... él es muy bueno conmigo, también es muy inteligente.

—Me alegro mucho por ti, Tadashi. Estoy orgullosa.

El pecoso se estremeció ante sus palabras.

—¿De verdad?

—Claro que sí —dijo mientras se levantaba el sofá para abrazarlo.

Yamaguchi tenía pensado en que cuando terminara su universidad y consiguiera algo de dinero, mudarse a otro lugar con su madre para hacer que esta se divorciara de su padre.

Aquello no iba a pasar de la noche a la mañana. Yamaguchi apenas iba en primer año, pero iba bastante encaminado.

Ambos se sobresaltaron al escuchar el timbre del departamento.

—¿Esperas a alguien? —preguntó la mujer.

—No...

El pecoso se acercó a la puerta y la abrió, sorprendiéndose al ver de quien se trataba.

—Tsukki —murmuró.

El rubio al mirar dentro del departamento, se encontró con los ojos de mujer. Apretó sus labios y miró al menor.

Tsukishima-sensei ❤︎ ┊ TsukiYama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora