Yamaguchi despertaba como todas las mañanas. Se sentó en la cama y se quedó mirando al suelo durante unos segundos. No pudo evitar recordar lo que había pasado ayer. La había pasado bien.
Dejó aquellos pensamientos de lado para darse una ducha y posteriormente vestirse. Entretanto caminaba a la universidad, comenzaba a extrañar la presencia de su amigo Kenma. ¿Había cambiado de horarios y no se había enterado? No lo habían dicho, pero ahora iba a tener clases tres días a la semana con su profesor debido a que habían añadido otra asignatura del mismo tipo. Al llegar, tomó su teléfono para enviarle un mensaje.
« ¡Hola, Kenma! ¿Cómo estás? No te he visto en la universidad, ¿cambiaste los horarios? »
Luego de eso guardó su teléfono. Mientras iba camino a su salón, su querido profesor salió de la sala de profesores. Se quedaron unos segundos mirando. El pecoso le sonrió.
—Buenos días, sensei —le saludó.
—Buen día, Yamaguchi. ¿Cómo dormiste? —preguntó caminando junto a él en la misma dirección.
—Muy bien, ¿usted? —respondió con una sonrisa tímida pasando un mechón por detrás de su oreja.
—También.
Caminaron unos pasos más, y se dieron cuenta que iban al mismo salón.
—Aquí tiene, Tsutsui-san —dijo el rubio dejando unas cuantas hojas encima del escritorio.
—Oh, muchas gracias, Tsukishima-san —le respondió con una sonrisa ladina.
Yamaguchi le hizo un gesto al mayor para así irse a sentar junto sus amigas, quienes ya estaban charlando de varias cosas que el pecoso no alcanzaba a integrarse. Ellas hablaban muy rápido, y si no decías tu opinión a tiempo, la conversación simplemente iba a seguir a otro tema.
—¡Oh! —jadeó la pecosa mirando a Yamaguchi, llevando su diestra hacia su pecho para jalar su camiseta hacia abajo, dejando ver las marcas que su pareja había hecho—. ¡Yamaguchi tiene marcas!
Las mejillas del pecoso se sonrojaron y llevó sus manos hacia su pecho, cubriéndose mientras las chicas comenzaban a molestarle. La voz de las mismas hacían llamar la atención de algunas personas. Entre esas Tsukishima y Terushima, quienes estaban en la sala también.
Tsukishima sonrió con levedad al ver al menor reír, pero dirigió su mirada hacia Terushima, quien le miraba con una mueca. El rubio hizo una sonrisa burlesca, para luego mirar a la mujer.
—Tsutsui-san, debo irme a mis clases —dijo caminando en dirección a la salida mientras movía su mano.
—Adiós, Tsukishima-san —le respondió, devolviendo el gesto.
Yamaguchi miraba la escena con detenimiento. Su maestra le miraba de una manera especial, y Tsukishima también. Abultó sus labios y suspiró.
—¡Bueno, mis queridos estudiantes! Espero que hayan podido descansar esa semana. Esta vez vamos a comenzar el semestre haciendo grupos de tres personas para hacer otro trabajo. Me gusta hacer trabajos en grupos porque...
Y así siguió hablando del por qué eran tan buenos trabajos en grupos ya que fomentaba el trabajo en equipo y bla bla bla.
Yamaguchi no le gustaban los trabajos así realmente. Le gustaba trabajar solo. Comenzó a analizar la situación y vio como sus tres amigas comenzaban a hablar en voz baja para que no escuchase. Supuso que no iban a ser con él, ellas eran más unidas.
—Yamaguchi, ¿no te molesta que seamos las tres solamente? —preguntó Sayaka, un tanto incómoda. Se veía en su rostro.
—No, no me molesta —respondió con una pequeña sonrisa.
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Tsukishima-sensei ❤︎ ┊ TsukiYama.
FanfictionYamaguchi es un estudiante universitario. En su primera clase con su profesor Tsukishima, no puede evitar sentirse atraído por este y 𝘦𝘮𝘰𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘥𝘰 al ver lo estricto y ordenado que era. * Por favor, evita hacer comentarios homofóbicos, misóg...