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Era jueves por la tarde y Yamaguchi estaba preparando aquel cheesecake de fresa que le había prometido a su profesor que haría, realmente estaba esmerándose en que quedara bonito y sabroso. Nunca había hecho un postre así, pero por suerte tenía muchos implementos de cocina, paciencia y dedicación. Ya cuando estuvo todo listo lo colocó en la nevera toda la noche, hasta que fuese el día de comer.

No se dio cuenta el desorden que había hecho en la cocina, pero no tardó tanto en limpiar. Ya cuando estuvo todo listo, decidió enviar un mensaje de texto a Tsukishima.

« ¡Tsukki~! Ya terminé el cheesecake de fresas »

Se acomodó en el gran sofá que estaba en el salón boca abajo, moviendo sus piernas de un lado a otro, esperando la respuesta del mayor.

« ¿Si? Muy bien, lo estaré esperando con ansias »

Yamaguchi sonrió, acomodándose nuevamente en el sofá.

« Más le vale que le guste, ¡lo hice con mucha dedicación y cariño! »

Tsukishima sonreía frente a la pantalla.

« Si lo haces tú, estoy seguro de que estará bueno »

Luego de enviar ese mensaje, guardó su teléfono en su bolsillo de su pantalón para así ordenar algunas cosas en su escritorio. Aún estaba en su trabajo, pero por suerte había terminado antes, por lo que ya estaba yéndose.

—Oh, ¿ya terminaste? —preguntó su colega, quien miraba la pantalla de su laptop.

—Sí, solo quiero irme a casa y descansar —respondió guardando su laptop en su bolso y así colocarlo en su hombro—. Nos vemos mañana, Kuroo.

—Sí, hasta mañana.

...

Ya era viernes. Un día ansiado para Yamaguchi y Tsukishima. El pecoso entró al salón de clases con paso firme, esa clase probablemente iban a entregar la calificación de aquel trabajo del lunes.

—Buenos días, sensei —saludó el menor hacia su profesor con amabilidad.

—Buenos días, Yamaguchi.

Aquel saludo fue totalmente normal, pero por alguna razón le daba un poco de "vergüenza" ver a su profesor después de haberle besado, él quería hacerlo de nuevo y muchas otras cosas más. Tenía que tener paciencia. Fue entonces en que se dio cuenta de sus propios pensamientos: estaba mezclando las relaciones. Negó con brusquedad con su cabeza ante sus propios pensamientos y suspiró.

Miró a los ambarinos de su profesor, quien estaba saludando a todos sus estudiantes comenzando a dar aquella charla que daban siempre los profesores antes de entregar los resultados del trabajo. Yamaguchi sonrió con levedad.

—Esta vez daré los resultados ahora mismo, los veo muy ansiosos, pero luego vamos a seguir con nuestro tema de hoy, así que no quiero que hablen mucho.

Poco a poco fue entregando las calificaciones, el cual era un pequeño papel con las respuestas correctas que habían tenido.

—Yamaguchi —le llamó.

El nombrado se levantó con rapidez a recibir su calificación, y sonrió orgulloso al ver un cien en grande en la esquina. Pudo sentir la mirada asesina de sus compañeros. Realmente podía ser un ambiente competitivo algunas veces y bastante tóxico, aunque a Yamaguchi no le importaba. No quería caer en ese juego.

Kenma también recibió su calificación, la cual también era un cien. Cuando se sentó junto el pecoso, le miró.

—Gracias, Yamaguchi. Si no hubiera sido...

Tsukishima-sensei ❤︎ ┊ TsukiYama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora